Todos leímos historias de dibujos animados cuando chicos y entre Archie, Periquita, el Fantasma y Condorito, se colaban también los personajes de Disney, incluyendo a los palmípedos Donald, Daisy, los tres sobrinos –Hugo, Paco y Luis– Ciro sin tornillos –el inventor—y el Tio Rico McPato.
Este último personaje contaba con una gran fortuna, de la cuál no se conoce el origen, y guardaba su dinero en su propia bóveda –constantemente merodeada por los chicos malos— que llena con su fortuna le servía como piscina, donde se divertía nadando entre las monedas y billetes.
Pues resulta que esos recuerdos reposaban en mi mente dormidos hasta que en días recientes necesité –por segunda vez—recuperar unos tweets publicados sobre un evento. Las búsquedas por los hashtags, no funcionaron. Las búsquedas por palabras relacionadas, me llevaban a cientos de tweets por otros usuarios. La única solución fue recorrer mi propio historial de tweets hacia atrás, por un largo rato. (este tema ya lo toque en otro post (https://hablandodeti.com/blog/2009/08/%C2%BFtwitter-sufre-de-perdida-de-la-memoria-lejana-si-pero-no-los-recuerdos-tienen-precio/)
Por un momento me sentí en la bóveda de Rico Mc Pato. Con tanta información valiosa guardada en Twitter, solo hay algunas formas poco efectivas de realizar búsquedas. Y me di cuenta que me pasaba lo mismo que a cualquiera que intentaba nadar el la bóveda de Rico Mc Pato: simplemente no podía. Y también me di cuenta de que allí está el verdadero valor de Twitter, ese que aún muchos analistas no pueden ver.
Establecido esto, ya se que los chicos malos que siempre quieren robar la bóveda de Mc Pato, no son más que Google, Facebook y Microsoft. Que nosotros no somos más que los sobrinos de Donald. Que Apple es Ciro sin Tornillos, un inventor genial, pero que sus inventos no le producen tanto dinero como para no depender de Mc Pato. Que Bill Gates no es el Tio Rico, sino mas bien el primo Narciso, aquel que aparecía de vez en cuando sólo para presumir. Steve Jobs, es sin duda alguna Mickey, capaz de hacer lo que quiera con el público, mientras el Tio Rico es el de la fortuna. Y que hay muchos Goofys, Clarabellas, Pedro el Malo, etc, en el resto de la industria. Son nombres de los que podríamos prescindir sin que nada pase.
Al ritmo que crece Twitter, no me quiero ni imaginar lo que podría encontrarse con búsquedas en su data. Aunque no necesariamente serían búsquedas como las conocemos. Se podría buscar de formas muy distintas. Buscadores como Wolfram Alpha podrían ser más adecuados para explorar estos datos, en lugar de motores más tradicionales, como los de Google. Si se busca por una palabra clave se podrían dar datos de los tweets que están justo antes o después. O quizás interese ver todos los tweets de un usuario que se refiera a esa palabra con frecuencia. O empezar a crear reputaciones, en base al n úmero de followers que tiene y listas en la que aparece el autor de un tweet. Las posibilidades son infinitas y estoy seguro que decenas de ellas deben estar siendo probadas ahora en los laboratorios de Twitter.
Es más, es probable que algunos investigadores estén #hablandodeti en este momento.


Con ayuda de mis amigos de twitter y algunos amigos de mis amigos, he querido explorar una nueva manera de escribir un post. A ellos les pedí en twitter que publicaran sus mejores consejos de seguridad para usuarios de twitter, marcándolo con una etiqueta o hashtag (#consejoseguridadtwitter) que permitiera recuperar sus indicaciones.
Pues no, no se trata del clamor de una madre desesperada, pidiéndole a su hijo adolescente que deje de estar pegado a la computadora y salga a realizar algún deporte al aire libre. 
Cuando era pequeño, los domingos en la noche presentaban un programa de variedades realizado en España que se llamaba 300 millones. El nombre obedecía a la suma de personas que habitaban los países donde se transmitía –aproximadamente—para la fecha. La cobertura incluía España, Guinea Ecuatorial y América, desde Estados Unidos a Chile.
Cuando se habla de redes sociales todos suelen pensar de inmediato en FaceBook, o como mucho en Twitter. Pero existen, más allá de estas, varias redes sociales que son muy útiles al momento de trabajar, comprar o asesorarse. 
Para seguir ahondando en un tema que ha levantado polémica, me permito plantear el par de preguntas que desde el título se asoman.