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  • BeMobile 2013: En el umbral del cambio

    BeMobile 2013: En el umbral del cambio

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    Si hay alguien capaz de romper paradigmas en lo que a comunicaciones actuales se refiere, ese es Andrew Lippman.

    Lippman no sólo es Director Asociado del afamado Media Lab del MIT –institución donde lleva más de 35 años laborando—sino que además dirige el grupo de Investigaciones de espacios virales, un grupo de trabajo enfocado en redes que son capaces de expandirse cuando sus miembros aumentan o crecen, un concepto muy vanguardista. Bajo este esquema, los enfoques de redes de comunicaciones centralizadas, son desplazadas por esquemas distribuidos, donde cada componente de la red tiene poder de procesamiento, y este poder se suma al de los demás integrantes para generar un sistema más potente.

    Lippman ha sido el invitado de honor que dio inicio al evento Be Mobile que Blackberry estará llevando a cabo por tres días en Miami. Durante este evento dedicó su intervención a el “Comprensión digital: objetivos cambiantes en un mundo cambiante”.

    La presentación de Lippman estuvo llena de conceptos que producen un choque a la mente de los que los oyeron, no por crudos, sino por ser tan obvios, pero al mismo tiempo estar tan ocultos. Comenzando por un vistazo al mundo donde estamos y su realidad actual. Para Lippman estamos en el umbral de un cambio significativo. El señala que en tres o cinco años, habrán 5 mil millones de personas que estarán usando teléfonos inteligentes tan buenos cómo el mejor Blackberry que hay hoy día, y que probablemente el mejor teléfono del momento no tenga mayores diferencias funcionales con estos. En cinco años los sensores autónomos en el mundo comunicarán datos en una magnitud tres ordenes superior que el intercambio de conversaciones humanas. Y más importante aún: la capacidad de recoger y procesar lo que se verá como un flujo infinito de datos a nuestro alrededor, será lo que defina el mundo donde estaremos. El análisis de comportamientos económicos, la psicología evolucionaria y la biología física, serán las herramientas que permitirán conocer mejor a las personas y a los lugares. Y para el esto si es Big Data, y no simplemente un gran número de datos juntos, como algunos parecen entender.

    El cambio que se viene

    Lippman ve el cambio en la sociedad como una función del tiempo en que se tarda en exponer a los jóvenes a la tecnología dominante. En el siglo 20, donde la tecnología automotriz y los automóviles dominaron la escena durante gran parte del siglo, los ciclos eran de 16 años. Pero actualmente, donde la comunicación es la tecnología dominante este ciclo se ha reducido a cuatro años, por lo que cada cuatro años se vislumbran cambios importantes en la sociedad.

    La gran cantidad de datos disponible, y que va en franco aumento, permite una especie de vida en alta resolución. Para Lippman sin embargo, no es el número de datos lo que define este concepto, sino el alcance de estos. Mientras más datos se tengan sobre una actividad determinada mayor es la resolución que se tiene al observarla. Para que esto sea cierto es necesario que la data se recupere en tiempo real (de inmediato) y de manera autónoma, no dependiendo de instancias de control externas al proceso.

    La movilidad ha añadido aristas interesantes al universo de los datos. La proximidad entre personas y dispositivos ha pasado a ser una variable muy importante, al punto que Lippman destaca que a veces es más importante saber cerca de quien estás, que saber donde realmente estas. Lippman ve un futuro lleno de redes que se definirán de manera autónoma al aproximarse las personas y conectarse sus dispositivos de manera inalámbrica. Se tratará de redes orientadas fundamentalmente a servicios de tipo social. Por los comentarios leídos en twitter de los asistentes del evento –entre los que me debía encontrar yo pero desafortunadamente no pude asistir— lo que más les llamó la atención no fue este futuro prometedor de redes de proximidad, sino más bien otros conceptos, como el que Lippman les hiciera notar que las redes sociales son algo que ya existía desde antes y que estamos usando ahora, de manera quizás un poco diferente.

    Sin embargo esta teoría de cambio de Lippman y sus trabajos sobre redes y espacios virales, estoy seguro que son de gran interés para Blackberry como desarrollador de tecnologías móviles. Y no sólo son interesantes, son también un posible camino a recuperar el liderazgo de uno de los sectores más competitivos del mundo tecnológico: el de los dispositivos móviles.

    Definitivamente, es apasionante poder escuchar, aunque sea de manera remota, a visionarios como Lippman, que aunque sólo logremos comprenderles un 10% de lo que plantean, ya que nos permiten tener una visión ampliada y mejorada de lo que puede representar el futuro. Y al fin y al cabo estar hablando del futuro, es también estar hablandodeti, y de mi, querido lector.

    *La fotografía la tomé prestada del twitter de mi amigo Iván Méndez. Aquí se aplica la máxima de que es mejor pedir perdón que pedir permiso. 🙂

  • Celulares y big data, una gran oportunidad

    Celulares y big data, una gran oportunidad


    Un artículo de la BBC en español habla de un proyecto de la universidad de Berkeley, para aprovechar los acelerómetros en los teléfonos inteligentes para detectar sísmos y alertar a las personas con algunos segundos de anticipación.

    Se trata de una aplicación más del cacareado concepto de “Big Data” que algunos no terminan de entender, pero que se asoma como una de las tendencias tecnológicas que de seguro estarán con nosotros por mucho tiempo. “Big Data“ se trata de utilizar miles y miles de datos, generalmente no estructurados, para encontrar patrones que puedan usarse para optimizar procesos existentes, y generar nuevas aplicaciones de la data acumulada.

    Hace ya un año conversaba con Jeff Jonas, un gran científico de IBM, líder del grupo de Analítica del gigante azul, sobre Big Data y sus aplicaciones. Jonas, es un visionario en el uso de aplicaciones de Big Data, y es el responsable del software que usan más de la mitad de los casinos en el mundo, que sirve para detectar a los “contadores de cartas” de los cuales el grupo más famoso –que provenía del MIT—y fueron inmortalizados en un libro, y en la película “21”.

    Jonas me comentaba que los celulares eran una de las fuentes más valiosas de datos. Basta con pensar que están al lado de las personas y van a los lugares que estas van. Si bien Berkeley está desarrollando un sistema para alertar de posibles sismos, esa data no estará disponible hasta que se desarrollen acelerómetros más complejos y sensibles. Pero Jonas me hacía reflexionar sobre las posibilidades de rastrear datos de localización. “Imaginen sólo rastrear las velocidades de movimiento de los celulares, y con todos lo que están sobre una autopista, poder hacer no una predicción, sino más bien un diagnóstico, del tráfico en la autopista en tiempo real” aseguraba el científico. Y es que la data de celulares podría servir para generar alerta de posibilidad entre amigos y familiares –algo que ya se ha hecho con aplicaciones—detectar abusos de límites de velocidad en autopistas, y hasta determinar condiciones atmósfericas en base a degradación de señal u otros atributos. La data de los celulares, serviría para ubicar personas en caso de tragedias naturales, determinar posibles problemas que obligan a la población a huir de un lugar o incluso determinar lugares a donde las fuerzas de ayuda puedan ser enviadas durante una tragedia.

    Por supuesto que hay aristas que son más preocupantes que otras. La privacidad es quizás la más clara de ellas, pero existen muchas más.

    Jonas es enfático al decir que las aplicaciones de seguridad nacional, son quizás las que más piensan en esta tecnología. Los casinos que usan el software desarrollado por el, colaboran entre sí a fin de buscar contadores de cartas, compartiendo informes de registro de huéspedes, informes de ganancias y mucho más. El científico dejo entrever que el sistema que usa el gobierno de los EE.UU. va más allá, y combina datos de hoteles, agencias de alquiler de carros y bancos, con datos de migración y bases de datos de distintas agencias. Sin embargo no quiso dar más datos al respecto.

    Pero es claro que la data de las empresas celulares, los registros de los consumos, los movimientos de cajeros automáticos, las compras de pasajes aéreos y las conexiones a la Internet, entre otros, dejan un rastro claro de donde se encuentra una persona, permitiéndola ubicar en cualquier lado, algo no muy lejano de lo que plantea la serie de ficción en TV, “A person of interest”.

    Hoy gracias a ese artículo de la BBC, me he tomado al fin el tiempo de contar un pedacito de esa interesante entrevista que le hice a Jeff Jonas, y me dio la oportunidad de estar hablandodeti, IBM y tu estrategia de Big Data.

  • Lo que separa a los trabajadores calificados de los que no lo son

    Lo que separa a los trabajadores calificados de los que no lo son

    reprap1Un grupo en Estados Unidos se ha dado por ver como se puede lograr que la gente trascienda la frontera entre estar capacitado para un trabajo o no. La “technoliteracy” o Tecnocultura es según el grupos “Heads on Fire” (cabezas ardientes) la linea de quiebre entre ambos grupos y cuentan con una novedosa herramienta para lograr que las personas se conviertan de “incultos” a “cultos” (N.A: tenia tiempo que no escribía un párrafo con tantas comillas)

    Las “Fab Labs” o “Laboratorios de fabricación” combinan herramientas existentes –de dos y tres dimensiones, mecánicas y electrónicas– con programas y sistemas de software libre para fabricar las cosas más diversas, desde dispositivos electrónicos hasta refugios de emergencia.

    Fab Lab es un proyecto serio, que opera con fondos y supervisión del mismísimo MIT (Instituto de tecnología de Massachusets) que tiene planeado invertir 12,5 millones de US$. El Fab Labs de San diego, apoyado por Heads on FIRE, es tan solo uno de 30 iniciativas similares repartidas en el mundo.

    La gente en el Fab Labs, acude a fabricar los más diversos objetos usando las computadoras y equipos del Fab Labs. Básicamente los alumnos logran el control de sofisticados tornos y maquinas de diseño, que están manejadas por software libre y pueden realizar piezas de variados tamaños. No hay edad ni grado de instrucción limitante para entrar al Laboratorio. El único requisito es la necesidad de crear algo útil.

    Inclusive existe una versión hogareña de este proyecto, el Rep Rap, que permite incluso reimprimirse a si mismo. (Una impresora 3D capaz de imprimirse a si misma. Sí, leyó bien)

    Les invito a echarle un ojo a una idea con tanto potencial desde la página web del grupo Heads on FIRE, http://www.headsonfire.org, o desde la misma Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Fab_labs

    Ojala pudiéramos contar con al menos uno de estos laboratorios en cada ciudad de nuestros países, para que así todo el mundo estuviera hablandodeti. Por el momento sólo Costa rica cuenta con uno de estos laboratorios, y desgraciadamente no se puede encontrar mucho sobre el mismo en la Internet (al menos en las búsquedas que he hecho) así que le preguntaré a un amigo «tico», Erick Diaz, a ver que nos puede contar.

    Nota: En Venezuela se presento un proyecto para la creación de uno de estos Fab Lab pero la idea no encontro apoyo. 🙁 Vean más sobre eso en http://reccomunidad.com/recblog/?p=156