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Si hay alguien capaz de romper paradigmas en lo que a comunicaciones actuales se refiere, ese es Andrew Lippman.

Lippman no sólo es Director Asociado del afamado Media Lab del MIT –institución donde lleva más de 35 años laborando—sino que además dirige el grupo de Investigaciones de espacios virales, un grupo de trabajo enfocado en redes que son capaces de expandirse cuando sus miembros aumentan o crecen, un concepto muy vanguardista. Bajo este esquema, los enfoques de redes de comunicaciones centralizadas, son desplazadas por esquemas distribuidos, donde cada componente de la red tiene poder de procesamiento, y este poder se suma al de los demás integrantes para generar un sistema más potente.

Lippman ha sido el invitado de honor que dio inicio al evento Be Mobile que Blackberry estará llevando a cabo por tres días en Miami. Durante este evento dedicó su intervención a el “Comprensión digital: objetivos cambiantes en un mundo cambiante”.

La presentación de Lippman estuvo llena de conceptos que producen un choque a la mente de los que los oyeron, no por crudos, sino por ser tan obvios, pero al mismo tiempo estar tan ocultos. Comenzando por un vistazo al mundo donde estamos y su realidad actual. Para Lippman estamos en el umbral de un cambio significativo. El señala que en tres o cinco años, habrán 5 mil millones de personas que estarán usando teléfonos inteligentes tan buenos cómo el mejor Blackberry que hay hoy día, y que probablemente el mejor teléfono del momento no tenga mayores diferencias funcionales con estos. En cinco años los sensores autónomos en el mundo comunicarán datos en una magnitud tres ordenes superior que el intercambio de conversaciones humanas. Y más importante aún: la capacidad de recoger y procesar lo que se verá como un flujo infinito de datos a nuestro alrededor, será lo que defina el mundo donde estaremos. El análisis de comportamientos económicos, la psicología evolucionaria y la biología física, serán las herramientas que permitirán conocer mejor a las personas y a los lugares. Y para el esto si es Big Data, y no simplemente un gran número de datos juntos, como algunos parecen entender.

El cambio que se viene

Lippman ve el cambio en la sociedad como una función del tiempo en que se tarda en exponer a los jóvenes a la tecnología dominante. En el siglo 20, donde la tecnología automotriz y los automóviles dominaron la escena durante gran parte del siglo, los ciclos eran de 16 años. Pero actualmente, donde la comunicación es la tecnología dominante este ciclo se ha reducido a cuatro años, por lo que cada cuatro años se vislumbran cambios importantes en la sociedad.

La gran cantidad de datos disponible, y que va en franco aumento, permite una especie de vida en alta resolución. Para Lippman sin embargo, no es el número de datos lo que define este concepto, sino el alcance de estos. Mientras más datos se tengan sobre una actividad determinada mayor es la resolución que se tiene al observarla. Para que esto sea cierto es necesario que la data se recupere en tiempo real (de inmediato) y de manera autónoma, no dependiendo de instancias de control externas al proceso.

La movilidad ha añadido aristas interesantes al universo de los datos. La proximidad entre personas y dispositivos ha pasado a ser una variable muy importante, al punto que Lippman destaca que a veces es más importante saber cerca de quien estás, que saber donde realmente estas. Lippman ve un futuro lleno de redes que se definirán de manera autónoma al aproximarse las personas y conectarse sus dispositivos de manera inalámbrica. Se tratará de redes orientadas fundamentalmente a servicios de tipo social. Por los comentarios leídos en twitter de los asistentes del evento –entre los que me debía encontrar yo pero desafortunadamente no pude asistir— lo que más les llamó la atención no fue este futuro prometedor de redes de proximidad, sino más bien otros conceptos, como el que Lippman les hiciera notar que las redes sociales son algo que ya existía desde antes y que estamos usando ahora, de manera quizás un poco diferente.

Sin embargo esta teoría de cambio de Lippman y sus trabajos sobre redes y espacios virales, estoy seguro que son de gran interés para Blackberry como desarrollador de tecnologías móviles. Y no sólo son interesantes, son también un posible camino a recuperar el liderazgo de uno de los sectores más competitivos del mundo tecnológico: el de los dispositivos móviles.

Definitivamente, es apasionante poder escuchar, aunque sea de manera remota, a visionarios como Lippman, que aunque sólo logremos comprenderles un 10% de lo que plantean, ya que nos permiten tener una visión ampliada y mejorada de lo que puede representar el futuro. Y al fin y al cabo estar hablando del futuro, es también estar hablandodeti, y de mi, querido lector.

*La fotografía la tomé prestada del twitter de mi amigo Iván Méndez. Aquí se aplica la máxima de que es mejor pedir perdón que pedir permiso. 🙂