La primera semana de este mes de julio ocurrió un incidente que dejó sin servicio de Internet y datos a 400 ciudades del estado de Sao Paulo.
Aunque Telefónica acaba de desmentir hace poco que se trate de un ataque «pirata» [terrorista más bien] (viernes 4 Jul 8:13pm), los rumores al respecto han crecido. Ciertos o no, estos rumores sólo hacen surgir a la superficie los miedos más profundos de algunos expertos.
A principio de año cuando me preparaba para una entrevista con Eugene Kaspersky, el genio ruso de los antivirus (lea la entrada del blog al respecto en (https://hablandodeti.com/blog/tag/eugene/), encontré evidencias en la Internet de algunos casos que no han podido ser comprobados, ya que las víctimas prefieren mantener el secreto. Generalmente se trata de ataques de denegación de servicio que sólo son levantadas tras el pago de una suma de dinero –ponen cientos, quizás miles de máquinas a lanzar peticiones de servicios contra una red, la cuál colapsa. Es más, agencias de seguridad de Estados Unidos reconocen que esto ya ha pasado en países de Europa Oriental, contra compañías de servicios públicos.
La falla en Sao Paulo no fue una falla de un equipo, sino de la programación del mismo según los propios reportes de Telefónica, pero prefieren pensar que se trata de un error humano y no de un fallo ocasionado a propósito. El enrutador que falló ha sido precintado y será sometido en breve a un examen forense digital, del que seguro saldrá un diagnóstico. Pero poco importa ese diagnóstico, la idea de que eso puede ocurrir de manera intencional ya ha sido sembrada. A partir de hoy los cambios en la seguridad de los ISP (proveedores de servicio de Internet) serán drásticos, especialmente en estos gigantes. El fallo de Sao Paulo afecto 1.300 distritos, se paralizó el otorgamiento de documentos por parte de la policía y hubo problemas en alunas agencias bancarias que no pudieron trabajar. Más de dos millones de usuarios de banda ancha estuvieron sin servicio por un día y varios entes gubernamentales se vieron afectados. Si eso se hubiera combinado con algún otro tipo de emergencia los efectos pudieron haber sido mayores. Por allí se habla de aplicar sanciones establecidas en los contratos, un mal importante para Telefónica, pero menor comparado a otras consecuencias que hubieran podido ocurrir.
Con razón al insistir sobre el tema con Eugene Kaspersky, él se limitó a decir que no quería hablar al respecto. Las posibilidades son escalofriantes.