En la serie de TV “Perdidos en el espacio” un profesor ruso intenta sabotear una nave norteamericana dedicada a la exploración espacial. En el caso del satélite Simón Bolívar eran los rusos los que inicialmente lo iban a construir hasta que aparecieron los chinos y nos prometieron realizar transferencia tecnológica. Se trata en fin de Jet Li, o quizás Jackie Chan, derrotando al Doctor Smith. Esperemos que en este caso no haya ningún personaje siniestro que se interponga en nuestro camino, proveniente de alguna otra nación que no nos quiera ver en el espacio. Je,je,je, dejemos hasta aquí las bromas.
Tanto si dentro de una semana decretan Feriado Nacional o no, el lanzamiento del satélite Simón Bolívar será un momento clave en la historia tecnológica del país. Los costos del lanzamiento han sido altos, pero aún son insignificantes comparados a la cantidad de dádivas que hemos repartido en el exterior, y en las circunstancias actuales de crisis mundial quizás el gobierno se vea más dispuesto a prestar servicios a entes privados. Pero sin duda que disponer de un satélite propio es una gran ventaja para cualquier país. Los proyectos de TeleSalud y Telemedicina anunciados hasta ahora por la Ministra de Ciencia y Tecnología, sólo deben ser los primeros de una gran serie de iniciativas. Transmisión de datos de la industria petrolera, sistemas de control de emergencias por desastres naturales, acceso a los archivos nacionales desde todo el país y hasta transmisión de eventos deportivos y culturales deben implementarse para no desaprovechar la vida útil del satélite que puede ser de unos diez años.
Las dos bases construidas para el manejo y control del satélite deben ser apenas las puntas de lanza de una industria espacial local, que aunque suene pretencioso, podemos desarrollar tan bien como cualquier otro país. Sólo falta que empecemos a creer en el país y dejemos que los científicos hagan su trabajo, no por amor a una revolución o por odio a la misma, sino por amor a la ciencia, la verdadera revolución de la humanidad, que será la verdadera benefactora de la patria.
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