Henry Edward Roberts –el padre de la computación personal para muchos—acaba de fallecer en los Estados Unidos a los 68 años de edad y nos da la oportunidad de recordar uno de los momentos más importantes de la revolución tecnológica.
Este hombre, admirador a muerte de la tecnología, soñaba con poder masificar las computadoras, en una época en que sólo existían grandes centros de cómputo en algunas universidades y entes gubernamentales. Así creo la Altair 8800, una PC para armar basada en uno de los primeros procesadores de Intel, el 8080. Aunque hubieron algunos procesadores anteriores, para la mayoría de los expertos el 8080 fue el primer microprocesador realmente práctico.
El kit de Edward, anunciado en Popular Electronics, fue visto por los dos fundadores de Microsoft Paul allen y Bill Gates, quienes intuyeron al instante que se avecinaba una época de computación al alcance de todos, y decidieron aprovechar la oportunidad. Llamaron a Edward y lograron una cita para ofrecerle un interpretador del lenguaje de programación BASIC, que sería el primer producto de Micro-Soft –así con la rayita en el medio de las dos palabras. Obtuvieron una cita pero aún no tenían producto que mostrar. Allen había realizado un emulador de microprocesador que funcionaba en una gran computadora PDP-10 y decidieron modificarlo para usar las instrucciones del 8080 y cuando estaban realizando pruebas la gente de Harvard –los dueños de la PDP—los corrieron de sus instalaciones por desperdiciar el tiempo de cómputo. Así que Gates y Allen terminaron el interprete de BASIC sin haberlo probado y Allen acudió a la cita con Edwards. Mientras iba en el avión Allen se percató que les faltaba una pieza clave del programa, el cargador inicial o boot loader, y termino escribiéndolo en el avión.
Al llegar a la cita, cargaron el programa, que estaba ponchado en tarjetas, y al mandarlo a ejecutar funcionó a la perfección. Al regreso Allen y Gates apostaron a ver quién hacía un boot loader más eficiente y Gates ganó la apuesta.
De allí a la gran empresa que es Microsoft hoy, han pasado muchas cosas. Amada por unos, odiada por muchos, es innegable la gran importancia de Microsoft en el estado actual del mundo de la tecnología. Aunque Henry Edward dejó el mundo de la tecnología para graduarse en medicina y ejercer su carrera ruralmente, nunca se despegó por completo de este mundo y hablaba constantemente con personajes relevantes de la industria.
Sin la oportunidad que le dío Edward a Microsoft las cosas podrían haber sido distintas. Y Edwards, sin saberlo, también le dio un chance a hablandodeti, ya que sin él quizás no estaríamos viviendo esta realidad.
Que su código se ejecute eternamente en los procesadores celestiales.