La situación de la empresa nipona es desesperada. Sony, que otrora enfrento a todos los rivales de fabricación de electrónica y salió bien librada, enfrenta a un gigante invisible que la golpea sin cesar. Ya se pierden de cuenta los ataques a Sony en este año, y aún nadie termina de contabilizar las perdidas que esto produce.
Sony, empresa conocida por contar con prácticas corporativas muy afinadas, enfrenta a un colectivo intangible. Los tribunales y las demandas poco sirven para enfrentar esta amenaza. Productos de gran calidad y tecnología de punta en los dispositivos, poco pueden hacer por la marca. Una guerra de precios no tiene sentido. Las armas corporativas, no tienen lugar en esta lucha.
Sony debería ante todo modificar su sistema de protección intelectual. Redituar a costa de los juegos vendidos para PS3 y del sistema en línea es posible, si se deja de lado el estricto celo de propiedad intelectual que los ha llevado a cerrar sus plataformas. Permitir que Linux corra en sus consolas PS3 no ocasiona un daño tan grande como el que enfrenta actualmente. Después debe cuidarse de actuar ante individuos, en especial hackers, como lo haría contra las corporaciones. Demandas multimillonarias, amenazas de cárcel y persecución a los que quiebren sus sistemas de seguridad, genera una solidaridad automática de todos los hackers, incluyendo los que lo hacen sólo por divertirse.
Es más, Sony debería ir un poco más allá y liberar sus interfaces para la generación de juegos, y permitir que cualquiera genere juegos para el PS3 y las otras plataformas. De hecho, si voltea hacia Apple y su AppSotre, podría tener una buena idea de como convertir en rentable, ese gesto de buena voluntad.
Por último, pero no menos importante, Sony debería contratar a los mejores “white hackers” disponibles, esos muchachos que abandonaron las andanzas de hackers y ahora ayudan a empresas, o los que siempre quebraron la seguridad de sistemas, sólo para demostrar que se podía, pero nunca cometieron delitos. Ellos son los únicos que podrían desarrollar sistemas de protección eficientes. Si yo fuera sony, ya tendría en la vista a más de una docena de ellos.
Sólo así Sony, lograrás que la gente esté hablandodeti sólo cosas buenas, lograrás que el ecosistema crezca, los hackers te dejen tranquila y hasta sacarás dinero de todo esto. Al fin y al cabo…¿quién no quiere tener un equipo Sony en casa, ya sea un PS3, un PSP, un TV, una laptop o un equipo de sonido?