Desde el Intel Developer Forum, IDF, de Brasil donde me encuentro en este momento, y tras haber asistido a las primeras sesiones para la prensa, me doy cuenta de que definitivamente Intel no tiene planes, al menos públicos, de regular otros sectores de los ultraportátiles, más allá de los Ultrabook, dejando el campo libre a los fabricantes. De hecho, más allá de Apple y su MacbookAir, se empiezan a ver manifestaciones como las de HP y su sleekbook.
Esto es algo que considero positivo, dado que poner límites a los fabricantes, no es algo bueno, aunque a veces sea necesario para garantizar la calidad de un producto. Nadie ha dicho que sea fácil crear una categoría de la nada, especialmente si se define la categoría, antes de contar con un producto que la represente. Para Apple ha sido más fácil realizarlo al contrario: primero lanzan un dispositivo y después definen la categoría alrededor.
Lo que si queda claro es que si la categoría de Ultrabooks no tiene el éxito esperado, no será por falta de recursos. Tan sólo para producir plásticos mejores y más livianos Intel ha destinado US$300 millones. El resto de la inversión es de aproximadamente US$1.000 millones para fomentar el desarrollo de ultrabooks.
Por el momento las cosas lucen bien para Intel en este segmento, a pesar de que los fabricantes sigan comparando, de manera errónea, sus ultraportátiles con la MacbookAir, y no hay duda que definirán un segmento importante en consumidores Premium. El reto es ver si pueden volver ese éxito algo más popular –el mainstream como dicen en Norteamérica.
Mientras, es seguro que cada vez más habrán alternativas altamente portátiles con procesadores AMD, y después ARM, por lo que habrá que esperar a la llegada de Windows 8 y ver si el sistema en si se convierte en un éxito.
Lo mejor de todo: ¡este texto donde estoy hablandodeti Intel, lo escribí en mi ultrabook HP Folio! y se comporta muy bien.