La lluvia que cae en este momento, sólo se mimetiza con mi estado de animo, Símbolos japoneses que leo en mi pantalla sólo arrojan dolor a mis ojos, ya hinchados de tanto extrañar. El dolor en el cuerpo ya no se siente, pero el alma encogida no permite aún una alegría. Su clara sonrisa se hizo eterna este día, aunque yo la hubiera preferido puntual y cambiante, según los caprichos del día.

No existe partida si dos no se miran a los ojos y se dicen adiós. Por eso todos los que se van sin cumplir este ritual, realmente se quedan en nosotros. Por eso no ha muerto Shakespeare o el manco de Lepanto. Por eso Elvis sigue viviendo en las Vegas, y a las tripulaciones de los submarinos perdidos se les recuerda como en patrulla constante.

Pero además hay gente que no sólo vive en ellas, sino también en los demás y en lo que los rodea. Seguirás viviendo en cada letra japonesa que vea, en cada artículo que lea que tenga abundancia de adjetivos y en cada origami que arranque una sonrisa a un niño. Seguirás viviendo en María Gabriela, la tuya y la mía, porque en ambas tu existes. Y aún así…¡cómo te extrañaré! Seguiré toda mi vida hablandodeti, amiga.

Espero que este pequeño #homenajemace lo puedas leer desde el cielo, en donde si no hay internet, sé que lucharás por ponerlo.