Etiqueta: ética

  • Reflexiones a una semana del día del periodista: “buscando la mejor forma de vivir bien”

    Reflexiones a una semana del día del periodista: “buscando la mejor forma de vivir bien”

    Como todos los año aprovecho la fecha en que se celebra el día del periodista en Venezuela para reflexionar sobre esta profesión a la que llegué hace ya más de 19 años y donde decidí quedarme

    Hace poco más de una semana se celebró en Venezuela el día del periodista y como siempre quise dedicarme a reflexionar un rato sobre esta profesión. Sin embargo múltiples factores laborales no me dejaron terminar la reflexión hasta hoy, y aunque tiene unos días de retraso con lo acostumbrado, pues igual es válida.

    ¿Qué pudo ser tan importante como para no escribir esto a tiempo? Pues nada más y nada menos que el sustento de quien esto escribe. Leí por allí una frase anónima [al menos yo no conozco el autor] que decía “Ser periodista es la mejor manera de ser pobre” y lamentablemente tengo que aceptar que hay mucho de cierto en esto. Actividades relacionadas con mi carrera son las que me dan el sustento, pero difícilmente puedo decir que es fácil vivir de esta profesión. Pero no es imposible y por muchos años yo lo logré, o al menos siento que debe haber sido así.

    La frase antes señalada puede expandirse en: “ser periodista o dueño de un medio de comunicación es la mejor manera de ser pobre”. La dinámica actual del flujo de la información, la Internet omnipresente, las Redes Sociales, la avaricia/ceguera de ciertos gerentes de mercadeo y muchos otros factores atentan contra la mayoría de los medios de comunicación, incluso los más grandes, que aún pueden ser rentables pero no lo son en la misma magnitud que antes. Los “agregadores” [en buen español debería ser algo así como aglutinadores] de contenido, como Facebok o Google, se llevan el premio mayor sin invertir prácticamente ni un céntimo en contenido, usando el contenido generado por los demás. Hasta ahora ha sido así y los esfuerzos de los grandes magnates de los medios han sido insuficientes para lograr un cambio. ¿O no es así Warren?

    Pero empieza a deslumbrarse, un poco a la fuerza, una nueva era. Una vez consolidadas las redes de distribución y sus novedosos mecanismos, algunos usuarios, ávidos de obtener justas recompensas por su esfuerzo, empiezan a generar mayor presión sobre los “agregadores”. Como muestra, un botón: la competencia de YouTube para ganarse la simpatía de los aficionados que hacen videos que generan millones de vistas –y dólares– es ahora Facebook. Esta competencia empezará a verse reflejada en una mejora de las condiciones para los autores. Ante la merma de información de los diarios es de esperar que cosas parecidas ocurran en otras áreas. Que periodistas y generadores de contenido se unan para competir con diarios y emisoras de radio y TV, es un fenómeno que empieza a notarse.

    Pero hay muchos generadores de contenido que no entienden este esquema, principalmente los periodistas de amplia experiencia y dueños de medios consolidados que, paradójicamente, son los que están mejor dotados para generar contenido interesante, de calidad y que responda a las inquietudes de su público. Algunos odian a los bloggers, otros ni siquiera tienen cuenta de Twitter, los más están en redes sociales, pero las tratan como si fueran medios tradicionales.

    Creo que es un buen momento para la reflexión. Nadie está exento de caer en las garras de la comodidad, del “siempre lo he hecho así y ha funcionado”. Pero hay que ir más allá. Hay que aprender a escribir menos y decir más, a escribir en primera persona si es necesario, a dejar de lado los estrictos procedimientos de publicación y sustituirlos por unos más flexibles, pero eso sí guardando la calidad.

    Se que muchos de los que me leen pensarán que hablo de otras personas, incluso que las referencias son de otros países, pero no es así. ¡No existe un periodista de tecnología en toda Latinoamérica que haya hecho la transición al 100% y eso me incluye!. La migración ha sido más lenta de lo que debería de esperarse de personas que respiran tecnología todo el tiempo. ¡Vaya paradoja!

    Así que para celebrar –o recapacitar— en este día del periodista le sugiero a mis colegas lo que yo mismo estoy haciendo en este momento: reflexionar acerca de nuestro rol en esta era 2.0, ya que probablemente al hacerlo no sólo nos convertiremos en mejores comunicadores, sino que también puede ser que hallemos la forma de negar la frase con que abrí y hallemos la formula para convertirla en “Ser periodista es la mejor forma de vivir bien”.

    Es así como en el día del periodista termine hablandodeti, querido colega, e incluso de mi mismo, al querer hablar de nuestra profesión.

     

     

     

     

     

  • El arte perdido del review

    El arte perdido del review

    reviews
    No es que ya no se hagan reviews, no. De hecho en este mismo blog puede conseguir algunos. Pero es que en general la esencia básica del review, probar un dispositivo para informar al público sus bondades y contras, ha desaparecido.

    Esta es una historia con tres lados equivocados: marcas, agencias de PR e influenciadores. Y espero que todos puedan reflexionar un poco. Se que hay algunos mercados más avanzados donde esto funciona mejor, pero aún allí ocurren malas prácticas.

    Para empezar las marcas deberían darse cuenta de nuevo de la importancia de las revisiones de productos bien hechas. Parece difícil convencer a Apple de que su iPhone debe ir a revisión por un tercero, o hacer que Samsung someta a la crítica a su teléfono estrella del momento, el Galaxy SIII o S4. Ambas marcas cuentan con legiones de fans que compraran el teléfono sin pensarlo. Pero para ampliar mercados, más allá de la base de fans, necesitan mucho apoyo publicitario, de mercadeo y mucha “palabra de boca” –como suelen llamar a los comentarios positivos de los usuarios. En este último punto es donde entran los influenciadores –tradicionales o 2.0—y las políticas de review que deberían tener las empresas. Digo deberían, por que son pocas los que lo tienen, y menos aún las que las aplican. En muchas empresas la política de reviews es sólo una lista de regalos corporativos a medios y periodistas. Y eso a veces funciona para los reviews, pero la mayoría del tiempo no. Al fin y al cabo un usuario dispuesto a gastar unos US$600 o más en un teléfono querrá siempre tener la mejor información para decidir cuál comprar.

    Una política de reviews tiene consideraciones de tiempo de préstamo –si leyó bien préstamo, no regalo—guías para probar las nuevas funcionalidades y, muy importante, un formato para realizar sugerencias a la marca. Súmele a eso una bien elaborada lista de medios e influenciadores y tendrá una presencia de marca interesante, y evaluaciones de su producto para usar como referencia. Si el reviewer además está en la lista de regalos corporativos, pues genial se puede quedar con el mismo, o darle otro equipo distinto al final, pero eso debe ser completamente aparte del proceso de revisión. La ausencia de listas de reviewers y políticas claras termina generando un pequeño grupo de influenciadores que reciben una gran cantidad de equipos, al punto de no usarlos ni revisarlos, y un grueso de influenciadores que se queda sin siquiera probar los beneficios de los dispositivos. A veces es mejor realizar un taller de demostración a entregar equipos a diestra y siniestra.

    Pero los reviews casi nunca los asignan las marcas, sino más bien las agencias de PR, muchas de las cuales abogan por que sean al mismo tiempo regalos corporativos, para “hacer méritos con escapulario ajeno”. Así suelo ver que agencias con tres o cuatro clientes de tecnología logran favores para un cliente con los dispositivos de otros, en un acto de deformación profesional. Además muchas agencias temen –y ese temor está justificado en muchos casos—prestar un equipo para revisión, ya que hay influenciadores poco escrupulosos que se niegan después a devolverlos, aludiendo haber sido víctimas de un robo, extravío, o simplemente refiriéndose a la promesa vaga y desconocida de algún ejecutivo de la marca de que les conseguiría un dispositivo para su uso.

    Y esto lleva al tercer lado equivocado: los influenciadores. Cuando algunas marcas o empresas me refieren que algunos influenciadores para realizar un review requieren quedarse con el equipo en cuestión, es que uno se da cuenta de que el proceso entero está comprometido. En ese “me quedo con tu equipo para hacerle una revisión” está implícito no sólo un chantaje de que te reviso el dispositivo si me lo regalas, sino también va implícito un “si me das el equipo hablaré bien de el”, que termina de matar el valor del proceso.

    Esto no sólo se trata de la falta de ética de los influenciadores que se prestan a esto. Esto pasa por varias aristas, empezando por el modelo de negocio de los influenciadores. Estas personas que han decidido vivir de su influencia, no encuentran como capitalizar followers, visitas a sus blogs, o la influencia de sus medios tradicionales, y se vuelcan desesperados a estas maniobras. Las marcas por su parte, a veces mal aconsejados por las agencias y a veces en contra de lo que algunas agencias recomiendan, no asignan presupuestos publicitarios coherentes que ayuden a mantener a medios e influenciadores. Algunas agencias alientan a estos influenciadores sin ética sólo para garantizar el “quorum” de sus convocatorias.

    Como se ve se trata de un círculo vicioso que deja por fuera al principal motivo de la realización de revisiones: el público que necesita información.

    La solución es sencilla, pero pasa por tener voluntad de ejecutarla. Marcas y agencias deben establecer políticas claras de reviews, con listas de influenciadores, y ceñirse a la estrategia. Los influenciadores-chantajistas no deben ser soportados, y las marcas deben separar los presupuestos de reviews de la lista de regalos corporativos, y establecer un presupuesto publicitario para ayudar a los medios e influenciadores a realizar una labor que no esté comprometida por el hecho de que conseguir un teléfono para revisar, signifique la comida de su familia para el próximo mes.

    Por mi parte, seguiré aplicando estas recomendaciones aunque sea en solitario, por tanto querido lector, quiero que estés seguro que la próxima vez que leas un review aquí en este blog tengas la seguridad de que estaré hablandodeti y de las cosas que te interesan, y no se tratará de que recibí un regalo que me permitirá almorzar durante el próximo mes.

  • El deber del periodista o el día que IBM regale mainframes en sus ruedas de prensa

    El deber del periodista o el día que IBM regale mainframes en sus ruedas de prensa

    Antes de comenzar debo de confesar que mi afición por los títulos dobles en los posts es un mal heredado de la infancia, donde las caricaturas como Rockie y Bullwinkle siempre tenían dos títulos para sus episodios. Y a veces la vida me pone a escribir sobre situaciones que para mi merecen dos y hasta más títulos.

    En estos días que la actividad de ruedas de prensa en tecnología en Venezuela ha estado movida, y tocó en suerte que dos empresas rivales lanzaron dispositivos que compiten entre sí, con apenas un día de diferencia. Ambos eventos fueron ambiciosos, incluyendo un gran performance artístico cada una. En un caso tanto el clima como la locación resultaron excelentes y en el otro, la lluvia y algunos problemitas de logística dificultaron el inicio, pero una vez que arrancó, creo que todo salió como querían.

    En el primero de ellos no pude twittear pues me había quedado sin batería en mi celular, y en el otro si pude hacerlo normalmente. Pero son varias las personas que se han acercado a mi para comentarme lo desafortunado de uno de los eventos –el segundo—y calificarlo como casi un fiasco sin haber estado presentes. La fuente de la información fueron los tweets de algunos invitados. Ahora bien, la tecnología demostrada en ambos casos es impresionante: se trata de televisores con capacidades 3D. Y sobre la tecnología no he recibido aún preguntas, mientras que sobre los eventos en sí, son varias las aseveraciones que he escuchado. Y aunque por un momento estuve por entrar en esa diatriba, inmediatamente recapacité y me di cuenta que no soy un periodista de eventos sociales, sino más bien de tecnología, y que si un dispositivo se presenta en Nueva York entre candilejas, como hizo HP esta semana, no es más importante que uno que presente una marca local, en una sencilla rueda de prensa. Esto es algo que todos en la fuente debemos tener claro –y creo que es así.

    Pero ¿por qué entonces el ensañamiento contra un evento y no contra el otro? La respuesta es sencilla: se trata de una experiencia personal. Algunos quizás piensan que se merecen una atención mas VIP. A otros les fastidia oír a Los amigos Invisibles –la banda que tocó esa noche—y otros más le echaran la culpa a la lluvia o a los pocos pastelitos y whiskeys que llegaron en medio de la gente. Quizás un nutrido grupo añada al descontento que una marca no rifó TVs y que no tuvieron oportunidad de ganarse tan codiciado premio, mientras que la otra si.

    Ahora bien, y aquí es donde viene lo álgido… ¿a cuantos lectores les interesará que en la fiesta no me dieron suficientes pastelitos? ¿Serán más o menos que los lectores a los que les pueda decir que la imagen del TV LG se ve mejor, aunque me parece que las plataformas de Sony y Samsung son más completas para soportar 3D? Creo que es para reflexionar sobre el deber que tenemos como periodistas, por que quizás el evento en si pueda ser noticia, pero de seguro que quienes nos siguen constantemente en las diferentes dimensiones en las que estamos –prensa, radio, TV, twitter, blogs, etc—lo hacen por conocer nuestros puntos de vista sobre tecnología.

    ¿Y si el punto no es la atención, sino el no haber contado con la rifa? Allí es donde aplica el segundo título del post, y es cuando en hablandodeti.com dejaremos de asistir a las convocatorias de IBM: en cuanto ellos empiecen a rifar mainframes en sus ruedas de prensa. Por que… ¿yo donde podría colocar un mainframe en mi casa?

  • 16 de Agosto de 2024*

    16 de Agosto de 2024*

    Hoy es mi cumpleaños número 55, algo que me tiene muy feliz. Apenas pasada la medianoche entré en el Neighborbook –la aplicación local que sustituyo a Facebook hace ya algunos años—para ver y escuchar las felicitaciones de los amigos, casi todas en 3D. Incluso he recibido felicitaciones de un centenar de personas que no recuerdo conocer.

    Hoy decidí darme licencia, y no actualizaré mis videos en hablandodeti.media – y pensar que van ya quince años desde que eliminaron los anteriores top-level, como puntocom, para sustituirlos por una cantidad mas amplia de dominios con varias letras: .blog, .business, .corporate, etc.

    Haciendo memoria sobre estos fructíferos años quizás lo que mas echo de menos es la existencia de medios especializados, los que desaparecieron por completo tras la crisis del 2015, donde algunos “genios” decidieron “echar el resto” y terminar de eliminar los presupuestos de publicidad. El resultado fueron unos pocos medios que sobrevivieron, robando información de donde pueden y aglomerándola en un sólo sitio –las revistas se dejaron de imprimir en el 2020, pero desde antes sufrieron un gran impacto. La desaparición de la radio –al menos como las conocíamos en el ya lejano 2010—ocurrió poco después, y hubiera sido total de no ser por el surgimiento de los sistemas de radio por suscripción. Pero aún en estos sistemas, los programas de opinión son escasos.

    Pero lo peor es que todos los periodistas – o al menos la gran mayoría—han tenido que incorporarse a las empresas que anteriormente eran sus fuentes. Allí los gigantescos departamentos de Marketing social –o marketing, a secas—no hacen sino quejarse de que el trabajo ya no es tan fácil como antes. El empoderamiento de los usuarios, y la eliminación de los medios, los dejaron al descubierto. Los influenciadores de oficio –incluso algunos graduados en universidades—son también presas de los caprichos de los recién llegados que buscan construir su reputación en base a destruir a los demás. De hecho algunas empresas, ante la imposibilidad de controlar este caos, han empezado a cerrar sus departamentos de mercadeo, y sus ejecutivos están optando por hablar directamente con sus clientes, eliminando una costosa estructura.

    Cada día se incorporan cientos de usuarios a las redes de las compañías y resulta difícil seguirles el paso. Pese a los nuevos sitios web para agregar contenido social, el seguimiento de la información es aún engorros. Son millones de voces gritando al unísono, y unas pocas personas intentando escucharlos. Cada vez es más frecuente ver periodistas que deciden dedicarse a la escritura de relatos de ficción, como forma de expresión de su talento.

    Veo con esperanza el último proyecto que se nos ha ocurrido a un grupo de amigos: juntarnos para depurar un poco el escenario, estableciendo normas y cánones del ejercicio y de la ética. Algo que debió haber pasado hace mucho, cuando aún esto se podía evitar.

    La comunicación, que es hoy más directa, y cuenta con mas recursos, se ha vuelto también más compleja. Así como la computación dejó de ser privilegio de pocos para estar al alcance de todos, las redes sociales han democratizado el acceso a los medios. Pero a diferencia de aquella industria, donde comités y grandes empresas fijaron estándares para el crecimiento, la comunicación se ha vuelto más libre. Pero ser libre y sin control no es algo necesariamente bueno. Pareciera que en vez de estar hablandodeti, las personas y las empresas no hacen más que estar hablando de si mismas. El proceso comunicacional, se ha roto entonces.

    *De ninguna manera quiero significar que este sea el futuro al que nos enfrentaremos, pero es una de tantas realidades posibles, y lo escribo como reflexión propia de lo que debemos hacer los medios, periodistas y empresas de cara al futuro.

  • Y ahora… 10 errores que los periodistas de tecnología cometemos al aceptar invitaciones a eventos de TI

    Y ahora… 10 errores que los periodistas de tecnología cometemos al aceptar invitaciones a eventos de TI

    Muchos amigos que trabajan en PR han comentado sobre el post anterior, y me he decidido a realizar lo que algunos de ellos, y también colegas, me han pedido: la lista de los errores más frecuentes de los que estamos de este lado, o sea los periodistas, cuando somos invitados a un evento de TI. Algunos errores ocurren por limitarse y otros por extralimitarse, pero a la larga todos atentan contra el ejercicio de la profesión. Espero nos sirva a todos como material de reflexión.

    10. No asistir puntualmente a los compromisos adquiridos en la agenda, ya sean charlas, entrevistas o simples actividades.

    9. Estar demostrando todo el tiempo lo mucho que se sabe sobre un tema específico. La idea es entrevistar a los ejecutivos, no impresionarlos con nuestra sabiduría.

    8. No prepararse para las entrevistas y soltar el tradicional “entonces…¿que me tiene que contar?”

    7. En caso de que hayan varios periodistas presentes –digamos en una rueda de prensa—abusar realizando preguntas elaboradísimas –que más parecen intervenciones—gastando el tiempo de los demás. Otra variante de esto mismo, es el contestar las preguntas de los otros periodistas (aunque se sepan las respuestas hay que recordar que el otro periodista le interesa que declare el vocero, ¡no un periodista de otro medio que no puede citar!)

    6. Hablar mal de la empresa que lo invitó. Sin importar si tiene motivos o no, si piensa así de la empresa debió haber rechazado la invitación antes. Si el enfado ocurre durante el viaje, con no volver a viajar con ellos bastará.

    5. Obligar a una empresa a que lo invite a un viaje, o tomar como cierto que sí se asistió a un evento anual cualquiera, eso genera la obligación de que la empresa te lleve año tras año.

    4. Abusar de la agencia de PR o de la empresa, al pedir comida costosa, realizar consumos en hoteles y restaurantes, o exigir condiciones especiales injustificadas.

    3. No intentar lograr el máximo de cada oportunidad, entrevistando a los ejecutivos y conociendo del negocio de manera adecuada. O lo que es lo mismo, dejar que la agencia de PR te marque el ritmo, sin intentar aprovechar el evento para obtener información extra.

    2. Volverse tan complaciente, para agradecer la invitación, que sólo se publique lo que la empresa y su agencia de PR quieren. Aunque ellos tienen gran control sobre lo que se va a publicar –dado que los eventos son temáticos—el punto de vista que debe prevalecer es el que más represente a nuestros lectores/televidentes/escuchas. Muchos toman está actitud complaciente sólo para asegurarse un cupo en el viaje del próximo año

    1. Por último, y quizás con la mayor importancia, caer en el juego descrito como error número uno de los PR en el anterior post de mi blog. Hay periodistas que por disfrutar un viaje –a veces sin importar el contenido del mismo—siguen y alientan la tendencia perversa de convertir los fondos de publicidad en presupuesto de PR. Al hablar con los ejecutivos debe dejarse en claro la importancia de que la pauta publicitaria se complemente con las actividades de PR. La dificultad aquí es hacerlo sin que parezca un chantaje, pero sí se es un buen periodista, comunicar una idea de la forma correcta no debería ser difícil.

    En este post tan particular, además de estar hablandodeti, quizás también esté hablando de mi.

  • Mea culpa 2.0

    Mea culpa 2.0

    Este post es una vieja deuda para con mis lectores. En ocasiones he comentado sobre los errores más comunes de las agencias de PR –con pero quedé en deuda de hacer este post donde se habla de los errores más comunes que cometemos los periodistas –al menos los de tecnología—en esta era llamada 2.0.

    Para poder organizarme, dividiré en dos bloques los errores: los de forma y los de fondo. Lean ustedes y juzguen si al final estos errores son sólo unos simples deslices, o más bien graves educaciones. Algunos los he cometido yo, otros los he visto cometer a otros, y muchos sólo han llegado a mis oídos como anécdotas de la profesión. Lo importante aquí –para cada periodista– no es si se han cometido estos errores, sino más bien el ganar consciencia sobre que muchas de estas actitudes, pueden causar un serio daño a nuestra reputación y privarnos de cumplir nuestro cometido mas noble: informar adecuadamente a nuestros lectores.

    De forma:

    • Evaluar a nuestros colegas comparándonos con ellos, en base al número de millas viajadas en un año, o a las invitaciones y regalos que recibe

    • Olvidarse de que el medio donde trabajamos, suele ser la razón principal del buen trato que recibimos. Pensar que es por uno, suele ser un error

    • Exigir regalos en lugar de equipos para evaluación. Si la empresa quiere después regalar el equipo, es otra cosa

    • Publicar notas de prensa sin analizarlas. Los adejtivos como “soprendente” “único” y “revolucionario” que suelen poblar esas notas, parecen dichas por el periodista y no por la empresa. Lo correcto –más que publicar la nota de prensa—es realizar un análisis de la noticia. De otra forma, más que periodistas deberían llamarse recolectores de notas de prensa –una especie de loros digitales

    • Ir a las ruedas de prensa por “cumplir” o “ganarse” a una empresa

    • Preguntar de primero, que es lo que regalan en la rueda de prensa. Los regalos pueden ser simpáticos y hasta útiles, pero no deben ser jamás el norte del periodista.

    • Convertirse en ponente de las empresas. Elaborar largos discursos o tomar para si la defensa de una empresa es un error frecuente, que desagrada a los colegas –y entorpece su trabajo—ya que necesitan frases dichas por los voceros, no por otro periodista

    De fondo:

    • Molestarse con empresas por no recibir, regalos, viajes o dadivas de cualquier tipo. Que una empresa nos regale algo o nos invite a un viaje o no, es algo que importa poco a los lectores, mientras que los productos que venden pueden tener un profundo impacto

    • Exigirle a una empresa a que tenga una determinada consideración por uno, al reclamar una escala o posición que no existe. Muchos periodistas suelen considerarse parte del Top5, ser el mejor en un área o creerse imprescindibles, sin darse cuenta que los intereses comunicacionales de una empresa pueden hacer que otros MEDIOS –así en mayúsculas—pueden ser más importantes. La versión más equivocada de este error es cuando incluso llegan a amenazar a empresas y agencias de RP con no publicar más nada

    • Aprovecharse de otros periodistas para construir su imagen, ya sea beneficiándose de ellos o dañándolos

    • Caer en el chantaje, de que si se fue a la rueda de prensa, se debe publicar algo –las agencias de PR deben comprender que la asistencia a las ruedas de prensa y eventos no significa una aceptación tácita de publicación

    • Creer que el publicar información constantemente sobre una empresa genera una obligación de la empresa con el periodista –si fuera así Apple debería mandar al mismo Steve Jobs en persona a mi casa a traerme una iPad nuevecita 🙂

    • Contestarle a las agencias que llaman para saber si su información ya fue publicada. Si ellos no son capaces de oír tus programas, o leer tus revistas o diarios, no deberíamos ni contestar esas llamadas

    • Querer intervenir constantemente para demostrar que poseemos más información que los propios voceros. El conocimiento siempre debería ser digno de admiración, pero la ostentación del mismo suele ser desagradable

    Esta lista está incompleta sin duda, y espero por mis colegas, para que hagamos aquí una especie de catarsis colectiva. Algo que nos ayude a ser mejores cada día y que logre que la gente esté hablandodeti sólo por el buen trabajo.