Etiqueta: Web 2.0

  • Más reflexiones sobre el contacto humano y los eventos 2.0

    Más reflexiones sobre el contacto humano y los eventos 2.0

    Ya que no pude asistir al evento NokiaTalk, nada mejor que tener a un enviado de confianza, el amigo @lindriago, que nos deja sus reflexiones sobre este tipo de eventos dedicados a los usuarios 2.0 y donde la conclusión es que lo mejor de los encuentros 2.0 es la parte 1.0, es decir, el contacto humano.

    El Día del Blog Nokia realizó en Venezuela el NokiaTalk, una conversación en torno a blogs, redes sociales, movilidad, contenido multimedia y todo lo que pueda etiquetarse como 2.0. Ya antes habían ocurrido en Miami y Bogotá.

    En Caracas nos pasamos ocho horas hablando de redes virtuales. Fueron variadas las experiencias presentadas, interesantes y de actualidad; además la asistencia fue bastante numerosa. Pero lo mejor del NokiaTalk fue el contacto personal.

    Encontrarse con un colega que tenía bastante tiempo alejado de las informaciones tecnológicas, conocer personalmente al compositor de una canción que alguna vez escuché en la radio y cuyo video vi en YouTube, tomarme una foto con una de las cantantes más cool de la movida rockera venezolana, a quien sigo en Twitter.

    Ese fue el mundo real del NokiaTalk. Fuera del contenido de la sesión, lo único 2.0 que conservamos en el espacio físico donde se realizó el evento fue el nic de Twitter, impreso en las camisetas de todos los asistentes. De allí que uno de los compañeros de mesa a la hora de almorzar me mirara brevemente y, sorprendido, me dijera: ¡@lindriago, yo te sigo…! y así comenzó una amena charla.

    Muchos cruzamos números de teléfonos, tanto de la manera antigua, escribiéndolos en un papel, por Bluetooth o por DM de Twitter. Nos tomamos fotos en grupo, que compartimos en Flickr o por Twitpic, en fin conversamos.

    Conversar fue interactuar, sentir las inflexiones de la voz, entender lo que dice la postura, la mirada; sentir la misma temperatura ambiental. Por mucho que se afane la ciencia en crear ambientes y realidades virtuales, aún –al menos- no existe nada que sustituya el espacio real entre dos o más personas que comparten, no solo esas dimensiones, sino su significado.

    Sí, eventos como éstos, o como los tweetups (encuentros de usuarios de Twitter en un mismo espacio físico), nos hacen recordar que las redes sociales las constituyen personas de carne, hueso y sentimientos. No somos nics, avatares, ni arrobas.

    Podremos pasar mucho tiempo hablandodeTI, pero no olvidemos que podemos conversar de ti y de mí.

    Luis Indriago, http://lindriago.wordpress.com

  • Sobre bloggers, gente y tecnología

    Sobre bloggers, gente y tecnología

    Hoy se celebra el día internacional del blog. Se escogió esta fecha ya que los guarismos de la misma –3108—parecen decir BLOG. En este día tan representativo para los ciudadanos 2.0, una empresa de tecnología tuvo a bien realizar un evento sobre bloggers, al cual no pude asistir por encontrarme en pleno cierre editorial. Sin embargo la tentación fue muy grande y termine siguiendo el evento por medio de twitter.

    Más allá de los comentarios positivos que se merece Nokia –la empresa que organizo el evento– por haber tomado semejante iniciativa, y dejando de lado las críticas que se realizaron, hubo algo que debería llamarnos la atención a periodistas, usuarios 2.0 y ejecutivos de PR: la verdadera estrella del evento –según los tweets que leí—no fueron los teléfonos de Nokia, ni tampoco los expertos en tecnología. Más bien se trató de la charla de una gran amiga, Mirelis Morales conocida por el nick @mi_mo_to— que cambio el ritmo del evento para llevarlo al nivel con que debió haberse iniciado.

    @mi_mo_to, además de amiga, es una excelente periodista y mejor bloguera. Su blog http://caracasciudaddelafuria.blogspot.com/ es mi gran recomendación para ustedes en el día de hoy. Pero a raíz de su presentación se generó una conversación en twitter, en la que en un momento alguien pregunto: ¿cualquiera puede escribir un blog?

    ¿Cualquiera puede escribir un blog? Pregunta que a la callada busca una respuesta enumerada de atributos que describan al blogger.

    ¿Cualquiera puede escribir un blog? Pregunta que parece poner distancia entre el ciudadano común y el blogger.

    ¿Cualquiera puede escribir un blog? Es para mi una pregunta que se responde a si misma, con sólo perder el carácter interrogante. Cualquiera puede escribir un blog.

    Los atributos que se necesitan para que un blog sea “exitoso” –y convendría definir que significa ser “exitoso”—no están fuera del alcance de nadie. Constancia, pasión, inteligencia, narrativa, todos atributos comunes a la raza humana. No es como esos clavadistas mexicanos que entrenan por años y aún así deben contar con el favor de la Virgen de Guadalupe para llegar a salvo al mar. No, esto es mas bien como nadar, algo que todos podemos hacer, con poco o ningún entrenamiento. Por supuesto que hay gente con facilidad natural para hacerlo, superdotados que necesitan poco entrenamiento. Pero los demás pueden hacerlo también.

    Algunos de los comentarios del publico los pueden ubicar si buscan #NokiaTalk en Twitter, y notarán como un sólo blogger –en esta caso una bloggera—puede en un momento dado transmitir tanta pasión por lo que hace como sabiduría para los que quieran hacerlo bien.

    Quedo demostrado que no hace falta ser tecnólogo para tener un blog, menos para hablar de como se pueden hacer buenos blogs. Es por eso que me da tanto orgullo estar hoy hablandodeti, @mi_mo_to, como homenaje sincero a tantos buenos bloggers que hay por allí, incluyendo a algunos que aún no han ni siquiera montado su blog.

    Para cumplir con los mandamientos del día Internacional del blog les dejo además cinco geniales ejemplos de lo que acabamos de discutir arriba:

    Palabras más, palabras menos (http://tutudominguez-palabrasmas.blogspot.com/) el blog de la increíble @tutudominguez. Perfecto ejemplo de un blog de un ciudadano de a pie. Sin desperdicio.

    Bienactuar de @lindriago (http://www.bienactuar.com.ve) un blog profesional, que no por eso deja de ser ciudadano. Tremendo ejemplo de como usar los blogs para soportar la labor profesional de alguien.

    De la mano con Venezuela (http://delamanoconvenezuela.wordpress.com/) Es un blog en la misma onda de la responsabilidad social y la buena vibra, que lleva a adelante la periodista y gran amiga Graciela Beltrán Carias, @gbeltrancarias.

    MonicaMistretta.com, (http://www.monicamistretta.com) el blog de @monicami, una mujer de negocios mejicana, además de madre y buena amiga, que sirve para que exprese todo lo que no puede decir en su propia editorial. Irreverente, personal y bilingüe, es un blog en toda la extensión del concepto.

    Fanáticos del cine (http://fanaticosdelcine.wordpress.com/) el blog del alter ego de la excelente periodista de negocios y mejor amiga Scarlett Ascanio, @sascanio. Al leer las reseñas de las películas podrán pensar que se trata de crónicas robadas de grandes críticos consagrados, pero recibirán la grata sorpresa de descubrir que son las opiniones –muy bien fundadas—de otra persona de a pie, de carne y hueso, con un gran criterio.

  • Acerca de la influencia, el influenciado y el influenciador

    Acerca de la influencia, el influenciado y el influenciador

    Sentado yo con una CocaCola Light enfrente y ella con una Frescolita –ya que no le gusta el sabor de la CocaCola aquí—comencé esta tarde una conversación que, además de entretenida e interesante, me ayudo a confirmar algunas ideas preconcebidas, así cómo a forjarme otras que todavía no se habían sembrado en mi mente.

    La entrevistada –porque de una entrevista se trataba—es Gaby Castellanos (@gabycastellanos) una venezolana que exporto su talento a España hace ya más de 16 años. Allá cuenta con una empresa muy particular llamada Sr Burns, dedicada a crear campañas en redes sociales. Ahora bien, la entrevista como tal la podrán leer en la edición de Septiembre u Octubre de PRODUCTO, pero si quiero resaltar algunos puntos interesantes y que quizás ni siquiera formen parte de la entrevista a publicar.

    Y es que en algún punto basamos la conversación en los influenciadores y su rol protagónico en la web 2.0, y la relación tan especial que pueden llegar a establecer algunos seguidores con los que son seguidos. La relación de intimidad y confianza que puede sentirse con alguien después de haberlo seguido por meses, conocer sus puntos de vista sobre docenas de asuntos importantes y sus preferencias personales. Ser influenciador requiere contar con un código de ética, tanto o más estricto que el de un periodista o un médico. Y es que los influenciadores suelen estar más cerca –y ser más íntimos—que los anuncios de TV o prensa.

    Lo que dice un influenciador es como el consejo de un amigo cercano, de esos que uno escoge como modelo. Lo peor que puede hacer entonces, según Gaby –y en eso coincido plenamente—es dejarse influenciar por las marcas, que le cambien –-o le compren– su criterio. No por recibir regalos de una marca –o incluso un sueldo—se debe cambiar la opinión personal, esa por la cual los seguidores empezaron a creer en el o en ella.

    El Segundo error al que deben escapar los influenciadores, es al manejo mal entendido de la influencia –de la fama podríamos decir—y evitar que su capacidad de influir se convierta en un motivo de orgullo injustificado que los lleve a cometer desmanes y a perder la esencia que los hizo ser admirados en un principio.

    Gaby agradece enormemente el cariño que le demuestran sus seguidores de Twitter, que incluso la reconocen en la calle y la rodean cuál si fuera una estrella en cada evento en el que participa. Yo mismo comencé a seguirla hace un tiempo sin saber nunca que la entrevistaría o que me sentaría a conversar con ella un rato. Y sin embargo al sentarme a conversar sentía que la conocía de hace rato. Y es a esta relación a la que Gaby le da tanta importancia, a la que recomienda cuidar con esmero, ya sean mas de 20.000 seguidores o apenas unas pocas docenas.

    Desde mi punto de vista, la capacidad de influir conlleva una gran responsabilidad, algo que desde estos bits he intentado asumir según mi estilo y mis principios. Algo que espero sea siempre parte de este blog, inclusive si estoy hablandodeti amigo lector, o de la amiga @gabycastellanos.

  • Estética 2.0

    Estética 2.0

    Los sitios en la web 2.0 tienen un factor común, una especie de esencia, que los distingue de los demás que muchas empresas e individuos son incapaces de entender. Se trata de un-yo-no-se-que, de una estética particular, que pocos descubren pero todos disfrutan.

    Pero el secreto es sencillo: los sitios web 2.0 no los hacen los dueños, ni los diseñadores, los hacen los usuarios. Esta sencilla máxima parece pasar oculta para montones de sitios que están surgiendo y autoproclamándose reyes de la web 2.0. Este es el concepto que no terminan de entender grandes corporaciones es el éxito de Twitter y FaceBook, la razon de ser de YouTube y el alma de Amazon.

    Pero aún así diseñadores web y empresas insisten en el concepto erróneo, el que pone al sitio por encima de los usuarios. Por eso el consejo obligado al diseñar un sitio web es pensar primero en el usuario.

    Tanto es así que por ejemplo Twitter arrancó con un modelo de negocios –según me confeso el propio Dom Sagolla cuando lo entrevisté—basado en la observación de lo que hacen los usuarios. Es decir se les da la herramienta y después se ve como la están usando para ver como se puede sacar provecho de sus hábitos. Es lo que pasó cuando Amazon se percató de que los comentarios de los usuarios valían más que las descripciones de los fabricantes, y se apuraron a diseñar mecanismos que fomenten los comentarios de los usuarios.

    Así bien, la estética de la web 2.0 es la estética del usuario, del internauta que la visita. Tenga eso en cuanta a la hora de acometer su próximo proyecto en la red, y vera que será mas fácil que la gente esté hablandodeti.

  • ¿Qué si tengo twitter? No, pero… ¡ya estoy en eso!

    ¿Qué si tengo twitter? No, pero… ¡ya estoy en eso!

    En las mañanas y mientras voy en mi carro de un lado al otro de la ciudad, quizás dirigiéndome al trabajo o saliendo de alguna entrevista, suelo escuchar en la radio varios programas de los que se conocen como revistas, por tener una gran variedad de secciones. En uno de ellos un par de buenas periodistas se dedican a preguntarle a cuanto entrevistado se les atraviesa si ya tiene twitter y facebook. La mayoría suele tener presencia en alguna de las redes sociales y dan con gusto esos datos o sus correos electrónicos para que los posibles clientes los contacten. Pero hay un grupo especial –nada insignificante en número—qué suele contestar: No tengo twitter, pero ya estoy en eso. Y cómo una cuenta de twitter se crea en sólo 5 minutos, sin necesitar ayuda de expertos, comprenderán que lo único que una frase así demuestra es un desconocimiento total.

    Esa frase en sí misma encierra tanto que es digna de estudio. Que no tenga cuenta de twitter, ni comprenda de que se trata esa red social es más que comprensible. Pero la frase –pronunciada así, tan temerariamente—encierra no sólo desconocimiento de la plataforma, sino también una ignorancia tal –que mezclada con la arrogancia implícita—puede causar mucho daño a la imagen de quién lo pronuncia. Y es que si es pronunciada por un cocinero que se dedica en su casa a preparar banquetes, quizás sólo arranque unas tímidas sonrisas en aquellos oyentes que si saben de que se trata twitter. Pero si es pronunciada por un vocero de una empresa de tecnología, un profesional de la comunicación, o peor aún por un periodista, la frase inmediatamente sitúa a la persona en la prehistoria comunicacional –eso es como dos o tres años para atrás.

    En una especie de anorexia o bulimia intelectual, muchos profesionales de la comunicación se rehúsan a conocer la web 2.0 –quizás por que esta web se está metiendo directamente con sus bolsillos y derribándoles el modelo de negocios que siempre había funcionado—y no se molestan en conocer las virtudes de este nuevo medio o se rehúsan a aplicarlas, regurgitando todo lo que aprenden sobre ellas.

    Pero tal como se dice que “el desconocimiento de la ley no justifica su incumplimiento” aquí pasa lo mismo, ya que el desconocimiento –real o fingido—de la realidad de la web 2.0 no frenará el impacto que tiene sobre los medios y las profesiones relacionadas a la comunicación.

    Aunque no lo crean yo suelo hablar con algunos periodistas muy reconocidos en la fuente de la tecnología que aún no tienen su cuenta en twitter y hablan de eso como un fenómeno lejano. También conozco muchas empresas de comunicación que se mueren por entender como aplicar las redes sociales a favor de sus clientes. Conozco medios de comunicación que no hallan donde poner las redes sociales en sus estrategias. Y por su puesto conozco empresas que miran con avidez, las posibilidades que estas redes les ofrecen. Es sin duda una rara mezcla, a la que unos pocos encontrarán como sacarle provecho, pero que por ahora ha sido abordada de manera muy poco eficiente por algunos autoproclamados expertos en Web 2.0, con resultados mediocres para las empresas.

    Si bien el fenómeno de las redes sociales llegó hace rato, aún no están claros los modelos de negocios alrededor de ellas para los antiguos actores –agencias y medios de comunicación– y apenas algunos de los nuevos actores –como Facebook—han logrado capitalizarlas.

    Y es por eso que desde aquí, desde hablandodeti, estoy empeñado en lograr que más profesionales de la comunicación y empresas en general se animen a montarse en esta ola del 2.0, para que juntos podamos descubrir nuevos modelos de negocios que permitan a todos los actores beneficiarse, especialmente a los lectores, que se merecen poder contar con información de calidad. Espero que al menos, después de haber leído esta nota, muchos periodistas y empresas que aún no tienen cuenta en twitter, comiencen a usar el servicio y en breve estén hablandodeti a través de sus cuentas.

  • ¿Qué hay en el alma de un Entrepreneur 2.0? la respuesta la hallé en mi padre.

    ¿Qué hay en el alma de un Entrepreneur 2.0? la respuesta la hallé en mi padre.

    Hablando con un amigo y aconsejándolo sobre el rumbo que debe tomar su empresa en la web 2.0 llegó un momento en que él, luciendo atribulado me dijo: prefiero irme por el librito.

    ¿Irse por el librito? Me pregunte rápidamente si se referiría a la obra de McLuhan, “La Aldea Global”, o quizás al celebre “Being Digital” de Negroponte. Pero no, pronto caí en cuenta que era más bien la metáfora gringa de “hacer las cosas como se espera”, sin sorpresas, como dice el manual. En este caso se trataba de volver a hacer el sitio web de la empresa, quizás algo mejor, más bonito, con más funcionalidades, pero en fin el mismo sitio.

    No me di por vencido, use algunas de las metáforas que están en mis cursos –de esas por las que empresas que si entienden la importancia de la redes sociales para el negocio son capaces de contratarme—e insistí varias veces en la necesidad de definir que se quiere hacer antes de contratar a nadie. Se trataba de convencerlo de tomar las medidas antes de mandar a hacer el traje, y no lo entendió.

    Y me puse a pensar: ¿qué es lo que necesita un emprendedor 2.0 para realmente ser calificado como tal? Definitivamente no basta con que sea un buen usuario 2.0, como este amigo lo es. No basta tener educación familiar de negocios, ni aún educación formal para lo mismo. Tampoco es tener contactos, ni siquiera tener un nombre reconocido.

    Se trata más bien de aplicar una máxima que mi Padre (QEPD) siempre me repetía: en la vida, más vale pensar una hora y trabajar un minuto, que pensar un minuto y trabajar una hora. Y contar con el sentido común necesario para interpretar el espíritu de la web 2.0: las personas y no las herramientas. Pensar cosas que se hacen con la participación de personas, y no gracias a las herramientas que se tienen. Las herramientas son sólo artefactos que creamos para ayudarnos a hacer algo. ¿Tiene sentido abrir un hueco sólo por que tenemos un pala en la mano? ¿O tener una página web sólo por que hay que tenerla?

    Pensemos pues en lo que queremos hacer y después, para honrar la máxima de mi viejo, busquemos la manera más conveniente y fácil de lograrlo. Así, hasta en el cielo, estarán entonces hablandodeti.