Etiqueta: Web 2.0

  • Consejos del sentido común para redes sociales

    Consejos del sentido común para redes sociales

    Escuchando a Dom Sagellan, co-fundador de twitter, dar consejos a los asistentes al evento «Cumbre del Futuro» me doy cuenta de que una máxima que siempre he defendido «usar el sentido común para las redes sociales» es compltamente válida.

    De hecho Dom afirmo que «si escribes bien, te irá bien en twitter»

    Otras de las premisas que Dom defiende es «el decir cosas interesantes para ganar seguidores»

    Además añade que se debe mirar con cuidado el numero de seguidores. Es mejor tener un número limitado pero realmente interesado, en lugar de una multitud que te siga sólo por moda.

    Como siempre, resulta que para estar hablandodeti es mejor usar el sentido común.

  • 16 de Agosto de 2024*

    16 de Agosto de 2024*

    Hoy es mi cumpleaños número 55, algo que me tiene muy feliz. Apenas pasada la medianoche entré en el Neighborbook –la aplicación local que sustituyo a Facebook hace ya algunos años—para ver y escuchar las felicitaciones de los amigos, casi todas en 3D. Incluso he recibido felicitaciones de un centenar de personas que no recuerdo conocer.

    Hoy decidí darme licencia, y no actualizaré mis videos en hablandodeti.media – y pensar que van ya quince años desde que eliminaron los anteriores top-level, como puntocom, para sustituirlos por una cantidad mas amplia de dominios con varias letras: .blog, .business, .corporate, etc.

    Haciendo memoria sobre estos fructíferos años quizás lo que mas echo de menos es la existencia de medios especializados, los que desaparecieron por completo tras la crisis del 2015, donde algunos “genios” decidieron “echar el resto” y terminar de eliminar los presupuestos de publicidad. El resultado fueron unos pocos medios que sobrevivieron, robando información de donde pueden y aglomerándola en un sólo sitio –las revistas se dejaron de imprimir en el 2020, pero desde antes sufrieron un gran impacto. La desaparición de la radio –al menos como las conocíamos en el ya lejano 2010—ocurrió poco después, y hubiera sido total de no ser por el surgimiento de los sistemas de radio por suscripción. Pero aún en estos sistemas, los programas de opinión son escasos.

    Pero lo peor es que todos los periodistas – o al menos la gran mayoría—han tenido que incorporarse a las empresas que anteriormente eran sus fuentes. Allí los gigantescos departamentos de Marketing social –o marketing, a secas—no hacen sino quejarse de que el trabajo ya no es tan fácil como antes. El empoderamiento de los usuarios, y la eliminación de los medios, los dejaron al descubierto. Los influenciadores de oficio –incluso algunos graduados en universidades—son también presas de los caprichos de los recién llegados que buscan construir su reputación en base a destruir a los demás. De hecho algunas empresas, ante la imposibilidad de controlar este caos, han empezado a cerrar sus departamentos de mercadeo, y sus ejecutivos están optando por hablar directamente con sus clientes, eliminando una costosa estructura.

    Cada día se incorporan cientos de usuarios a las redes de las compañías y resulta difícil seguirles el paso. Pese a los nuevos sitios web para agregar contenido social, el seguimiento de la información es aún engorros. Son millones de voces gritando al unísono, y unas pocas personas intentando escucharlos. Cada vez es más frecuente ver periodistas que deciden dedicarse a la escritura de relatos de ficción, como forma de expresión de su talento.

    Veo con esperanza el último proyecto que se nos ha ocurrido a un grupo de amigos: juntarnos para depurar un poco el escenario, estableciendo normas y cánones del ejercicio y de la ética. Algo que debió haber pasado hace mucho, cuando aún esto se podía evitar.

    La comunicación, que es hoy más directa, y cuenta con mas recursos, se ha vuelto también más compleja. Así como la computación dejó de ser privilegio de pocos para estar al alcance de todos, las redes sociales han democratizado el acceso a los medios. Pero a diferencia de aquella industria, donde comités y grandes empresas fijaron estándares para el crecimiento, la comunicación se ha vuelto más libre. Pero ser libre y sin control no es algo necesariamente bueno. Pareciera que en vez de estar hablandodeti, las personas y las empresas no hacen más que estar hablando de si mismas. El proceso comunicacional, se ha roto entonces.

    *De ninguna manera quiero significar que este sea el futuro al que nos enfrentaremos, pero es una de tantas realidades posibles, y lo escribo como reflexión propia de lo que debemos hacer los medios, periodistas y empresas de cara al futuro.

  • Empresas para los nuevos tiempos

    Empresas para los nuevos tiempos

    Muchas personas se acercan a preguntarme como pueden hacer las empresas para ser cada vez más 2.0. Después de esbozar una sonrisa hacia adentro –algo difícil de lograr—tanteo el terreno y veo que nivel de respuesta esperan. Generalmente ellos quieren que les diga como un empleado usando twitter puede cambiar la empresa entera, o como abriendo una página web se pueden hacer millonarios. Ante estas señales suelo huir por el camino más corto: intercambio algunos lugares comunes sobre la web 2.0 y me dirijo hacia otra persona que encuentre cerca.

    Pero si el interlocutor muestra verdadero interés y esta consciente de que se trata de una tarea compleja, es allí donde me instalo a intercambiar ideas. Es quizás lo mejor que me puede ocurrir en una reunión con gente de mercadeo o PR. Pero he de confesar que pasa muy poco.

    Ahora bien, esas veces aisladas que puedo establecer una conversación a este nivel, me doy cuenta de que hay dos caminos principales para que las organizaciones enfrenten este reto: transformándose o adaptándose. Algún purista del lenguaje –o de los conceptos– me dirá que la adaptación es una transformación orientada. Y no lo voy a discutir, pero es mejor que defina mis propios términos aquí para que las definiciones de transformación y adaptación que usemos sean las que se correspondan a los sentidos que yo le doy.

    Las empresas 1.0 o tradicionales suelen ser verticales, basadas en jerarquías logradas muchas veces tras años de evolución dentro de la misma organización. La web 2.0 es todo lo contrario, en ella usted puede discutir de política con sus legisladores y congresistas, conversar con astronautas y hablar directamente con sus periodistas favoritos, para señalarle las discrepancias con sus puntos de vista.

    Ante esta realidad la empresa que quiere ajustarse toma uno de dos caminos. Algunas intentan adaptarse, moldeando algunas de sus actividades para que tengan cabida en los nuevos medios. Esto es algo que generalmente involucra sólo al departamento de comunicaciones, los encargados de realizar las traducciones entre la empresa 2.0 y el mundo 1.0.

    El otro caso que puede ocurrir es que la empresa decida incorporar las herramientas 2.0 a su funcionamiento, transformándose en una verdadera empresa 2.0. El teletrabajo, las reuniones asíncronas, el fomento de la individualidad y el aplanamiento de la estructura, suele generar una cultura interna que se presta más a la nueva realidad de la web.

    ¡Pero ojo! Ninguna de las dos formulas es mágica. Para algunas empresas tiene mucho sentido agarrar la primera opción. ¡Imagínese una fábrica de cemento adoptando el segundo esquema! No tienen mucho sentido. Pero imagine una empresa de relaciones corporativas o un medio de comunicación adoptando el primer esquema. El fracaso estará asegurado en ambos casos.

    Un ejemplo interesante de cómo dos compañías, aún en la misma área, pueden adoptar diferentes esquemas y sobrevivir la han constituido Google y Microsoft. La estructura de Microsoft es bastante más tradicional y sólo recientemente han incluido los blogs dentro de su estrategia comunicacional, ya que eso conlleva repartir el control comunicacional a personas con amplio dominio técnico pero no comunicacional. Pero en Google casi resulta imposible pensar en una centralización absoluta de las comunicaciones. Allí desde un principio la mejor forma de comunicarse han sido los blogs, cartas abiertas y demás esquemas sociales. De nuevo, ninguna estrategia es mejor que la otra. Google ha debido aprender a manejar mejor sus políticas comunicacionales y Microsoft se ha visto obligado a utilizar los blogs como mecanismos de difusión del avance de los distintos proyectos y otros temas que necesitan información continua, como lo es seguridad, desarrollo y hasta responsabilidad social.

    Pero si hay que diseñar una empresa para nacer dentro de la web 2.0, no queda duda de que se debe pensar en una estructura más horizontal que vertical, flexible y menos rígida que las tradicionales. Y si lo logras, la gente estará hablandodeti en la web 2.0

  • Mea culpa 2.0

    Mea culpa 2.0

    Este post es una vieja deuda para con mis lectores. En ocasiones he comentado sobre los errores más comunes de las agencias de PR –con pero quedé en deuda de hacer este post donde se habla de los errores más comunes que cometemos los periodistas –al menos los de tecnología—en esta era llamada 2.0.

    Para poder organizarme, dividiré en dos bloques los errores: los de forma y los de fondo. Lean ustedes y juzguen si al final estos errores son sólo unos simples deslices, o más bien graves educaciones. Algunos los he cometido yo, otros los he visto cometer a otros, y muchos sólo han llegado a mis oídos como anécdotas de la profesión. Lo importante aquí –para cada periodista– no es si se han cometido estos errores, sino más bien el ganar consciencia sobre que muchas de estas actitudes, pueden causar un serio daño a nuestra reputación y privarnos de cumplir nuestro cometido mas noble: informar adecuadamente a nuestros lectores.

    De forma:

    • Evaluar a nuestros colegas comparándonos con ellos, en base al número de millas viajadas en un año, o a las invitaciones y regalos que recibe

    • Olvidarse de que el medio donde trabajamos, suele ser la razón principal del buen trato que recibimos. Pensar que es por uno, suele ser un error

    • Exigir regalos en lugar de equipos para evaluación. Si la empresa quiere después regalar el equipo, es otra cosa

    • Publicar notas de prensa sin analizarlas. Los adejtivos como “soprendente” “único” y “revolucionario” que suelen poblar esas notas, parecen dichas por el periodista y no por la empresa. Lo correcto –más que publicar la nota de prensa—es realizar un análisis de la noticia. De otra forma, más que periodistas deberían llamarse recolectores de notas de prensa –una especie de loros digitales

    • Ir a las ruedas de prensa por “cumplir” o “ganarse” a una empresa

    • Preguntar de primero, que es lo que regalan en la rueda de prensa. Los regalos pueden ser simpáticos y hasta útiles, pero no deben ser jamás el norte del periodista.

    • Convertirse en ponente de las empresas. Elaborar largos discursos o tomar para si la defensa de una empresa es un error frecuente, que desagrada a los colegas –y entorpece su trabajo—ya que necesitan frases dichas por los voceros, no por otro periodista

    De fondo:

    • Molestarse con empresas por no recibir, regalos, viajes o dadivas de cualquier tipo. Que una empresa nos regale algo o nos invite a un viaje o no, es algo que importa poco a los lectores, mientras que los productos que venden pueden tener un profundo impacto

    • Exigirle a una empresa a que tenga una determinada consideración por uno, al reclamar una escala o posición que no existe. Muchos periodistas suelen considerarse parte del Top5, ser el mejor en un área o creerse imprescindibles, sin darse cuenta que los intereses comunicacionales de una empresa pueden hacer que otros MEDIOS –así en mayúsculas—pueden ser más importantes. La versión más equivocada de este error es cuando incluso llegan a amenazar a empresas y agencias de RP con no publicar más nada

    • Aprovecharse de otros periodistas para construir su imagen, ya sea beneficiándose de ellos o dañándolos

    • Caer en el chantaje, de que si se fue a la rueda de prensa, se debe publicar algo –las agencias de PR deben comprender que la asistencia a las ruedas de prensa y eventos no significa una aceptación tácita de publicación

    • Creer que el publicar información constantemente sobre una empresa genera una obligación de la empresa con el periodista –si fuera así Apple debería mandar al mismo Steve Jobs en persona a mi casa a traerme una iPad nuevecita 🙂

    • Contestarle a las agencias que llaman para saber si su información ya fue publicada. Si ellos no son capaces de oír tus programas, o leer tus revistas o diarios, no deberíamos ni contestar esas llamadas

    • Querer intervenir constantemente para demostrar que poseemos más información que los propios voceros. El conocimiento siempre debería ser digno de admiración, pero la ostentación del mismo suele ser desagradable

    Esta lista está incompleta sin duda, y espero por mis colegas, para que hagamos aquí una especie de catarsis colectiva. Algo que nos ayude a ser mejores cada día y que logre que la gente esté hablandodeti sólo por el buen trabajo.

  • La burbuja puntopress y los pasquinogüeb

    La burbuja puntopress y los pasquinogüeb

    Que broma tan seria es la vida, mientras uno más se afana en buscar una verdad, menos la encuentra. Y apenas uno deja de buscarla, va y le pregunta al de al lado –literalmente—y te da la respuesta que has estado buscando.
    Mi apreciado amigo José Carlos García, del otro lado del Arauca vibrador –léase Colombia—le dio por jugar con SpringForm, una nueva herramienta social que permite a las personas realizar preguntas anónimas a una persona determinada.
    La herramienta, de la que creo hablaremos –y hasta la usaremos—en otro momento, es bastante simpática. Al enterarme de que estaba respondiendo preguntas en ella, fui y planteé una, aunque me identifique para asegurarme de que captaría la intención de la misma.
    Transcribo aquí pregunta y respuesta –está última me parece más que interesante para compartir.

    P: Como ve mi amigo el desarrollo de los periodistas 2.0,y de esos que no son necesariamente periodistas, pero que influyen en los demás con blogs, tweets y demás utensilios web 2.0.¿serán el fin de los medios cómo los conocemos? Alcides León

    R: Su influencia es cada vez más fuerte y evidente. En eventos de prensa ya es común ver a ‘colegas 2.0’, que, como dices, son personas que no necesariamente son periodistas, pero que han logrado un espacio de opinión con sus medios virtuales. No obstante, a mi modo de ver, creo que veremos una explosión de ‘la burbuja de periodismo 2.0’: en algún momento, ante tantos ‘medios’ y ‘periodistas’ nuevos; la influencia negativa de viejas mañas del periodismo en estos nuevos ‘colegas 2.0’ (algo que ya está pasando), etc., la audiencia, las fuentes y el negocio del advertising terminarán por decantar con cuchillo caliente la validez o no de un medio o persona digital en la fuente de tecnología. Y allí, pueden quedar vigentes no sólo medios tradicionales, sino por supuesto ‘periodistas 2.0’ , los buenos bloggers, serios y comprometidos con su trabajo. Gracias por la pregunta pana querido! Espero que nos encontremos pronto.

    La burbuja de las puntopress, como prefiero llamar a la burbuja del periodismo 2.0 que José Carlos nombra, es más evidente cada día. Pero al igual que él –de quién he de decir que es un reconocido periodista de tecnología y negocios, en El Tiempo—yo siento que esa explosión va a desaparecer más de un medio tradicional, al tiempo que potenciará a algunos de los nuevos medios, a los que habrá que quitarle el adjetivo “nuevo” y llamarlos simplemente medios. Para los intentos digitales que no puedan ser considerados medios “verdaderos” habrá que acuñar un equivalente digital al término pásquin, usado en algunos países –según la RAE—para calificar a un “diario, semanario o revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso.” El origen de la palabra pasquín viene de una estatua romana llamada Pasquino –que se muestra en la ilustración de este post– en la cuál solían colgar escritos satíricos o de dudosa calidad. Así que mientras no exista una palabra mejor usaré pasquinogüeb para referirme a esos accidentes digitales que a veces nos tropezamos.

    Desde hablandodeti, le doy las gracias a mi amigo José Carlos por brindarme un símil perfecto y darme la oportunidad de crear una palabra, que al menos ya ha aparecido dos veces en la Internet.

  • Conversaciones en (una plaza) 2.0

    Conversaciones en (una plaza) 2.0

    Un grupo de amigos –de larga data y algunos adquiridos en ese mismo momento– nos reunimos el pasado jueves sólo para conversar sobre Twitter y algunas herramientas de la llamada web 2.0.

    Los asistentes fueron variados, de ámbitos como política, periodismo e ingeniería, y aunque no cito sus nombres –ya que no se me ocurrió pedirles permiso a tiempo—si me atrevo a citar mis conclusiones –obtenidas de manera personalísima—de esa nutritiva conversa.

    Vuelvo a aclarar que se trata de mis conclusiones, ya que no hicimos ningún ejercicio de cierre, ni levantamos minuta, que pudiera servir de referencia para todo el grupo.

    Al principio, las intervenciones fueron estrictamente declarativas, sólo queríamos fijar posición. Las referencias a MacLuhan y su aldea global salieron de inmediato. Otros hablaban de Facebook como un club de amigos, y terminamos redondeando la metáfora arquitectónica, definiendo los blogs como casas de algunos ciberciudadanos, las paginas web de las empresas como las tiendas y finalmente dejando a Twitter como la plaza en la que se arremolina la gente, y alrededor de donde se ubican los demás íconos arquitectónicos. Una metáfora poderosa, ¿verdad?

    A ver, profundicemos un poco más en algunos aspectos de la metáfora. Facebook es un sitio donde los amigos se reúnen, y el parecido a un club es bastante evidente –aunque he de reconocer que a mí no se me había ocurrido—es un luigar donde se reune gente, a la cuál se invita para participar.

    Que un blog sea una especie de casa o lugar muy personal es obvio y no requiere mucha explicación. Pero que Twitter sea una especie de plaza, eso si requiere un poco más de imaginación. Por un momento imaginen una plaza de principios de siglo 19, el lugar por excelencia para enterarse de lo que ocurría en la ciudad. Allí los amigos se reunían y hablaban sobre temas comunes, mientras que se podían escuchar conversaciones ajenas y los voceadores del gobernador o regente, hacían allí los anuncios oficiales. Tal como twitter –donde pareciera que todo el mundo habla al mismo tiempo y en el mismo lugar.

    Quizás una de las imágenes más divertidas la hizo una de nuestras compañeras de charla que dijo que en Twitter “se sentía que hablaba sola, pero que algunos les respondían.”

    Allí les dejo esta imagen arquitectónica para que puedan convencer a sus amigos de ingresar a twitter, si es que aún no lo han hecho, y puedan además comprender como no es necesario escoger entre Facebook y Twitter, sino que más bien hasta se complementan.

    Y es que en un blog, en Twitter, Facebook, o en una ciudad, cualquiera puede estar hablandodeti.