Recientemente un crimen ha conmocionado mi país, Venezuela. Una joven estudiante de periodismo ha sido encontrada muerta en un parque público, supuestamente asesinada en otro lugar y abandonado su cuerpo lejos. El principal sospechoso es un afamado psiquiatra.

 

Hasta aquí todo suena normal –aterrador pero normal. Pero resulta que la chica mantenía un blog desde el cuál narró su supuesta relación amorosa con el Doctor en cuestión. Ese blog (princesasanas.blogspot.com) está lleno de escalofriantes crónicas que reflejan una personalidad que sufría, que buscaba desesperadamente anclarse a tierra y encontrarle sentido a la vida.

 

El nombre del Blog “Ana y Mía mis reinas, nosotras sus princesas” es una clara referencia a la mayor parte del contenido del blog: las anécdotas de una chica que sufre de anorexia (Ana) y bulímia (Mía). Este blog es de lectura obligatoria para los padres de adolescentes, ya que más allá del estilo con que fue escrito –si se quiere desesperado—se convierte en una guía para detectar actitudes peligrosas en los hijos.

 

Trascendiendo esta faceta, existe otra a la que me he enfrentado algunas veces en los últimos tiempos. La vida más allá de la muerte gracias a la red.  Y es que aunque esta muchacha esté físicamente muerta, sus ideas siguen vivas en la Internet. Algunos me sugieren que esto no es nada nuevo, que sucede lo mismo con los libros o las obras de arte. Pero la diferencia aquí es que cualquiera puede lograr esta “vida eterna” con solo mantener un blog en un servicio gratuito, o una página en Facebook. Una anécdota de un amigo señala como unos conocidos suyos están buscando como retirar de Facebook la página de un hermano recientemente fallecido. Y no es el único ejemplo que conozco.

 

Hace ya algunos meses me estremecí mientras hacía limpieza de mis correos en una cuenta que casi no uso. Con el título «Re:Estas viva?» tenia un email de una amiga que dejo este plano hace ya algunos años. Les confieso que aún hoy, no he tenido el coraje de borrar ese mail donde ella me contestaba: «Si estoy viva!!»

 

Sin duda alguna esta manera de trascender a la muerte, está ahora al alcance de todos, lo cuál, de alguna forma, democratiza la “vida eterna” crean en ella o no.