Parecía una mañana cualquiera. El tráfico en la autopista no me hacía presagiar nada anormal. Llegando al trabajo y arreglando las ideas para trabajar, recibo una interrupción telefónica antes de las 9:00 am –algo que pocas veces sucede, ya que sólo @lidiapinto tiene la fe suficiente para creer que los periodistas existen antes de esa hora—se trataba de @lindriago con el primer mensaje de alerta. Tras un breve intercambio de cortesías –las usuales y acostumbradas entre nosotros dos, que son una especie de handshake lingüístico—disparó su preocupación: llevaba rato intentando conectarse a Twitter y no podía.
No bien hube llegado a mi oficina –sólo minutos después de la conversa con @lindriago– y @tutudominguez me recibió con un sonoro “no hay twitter en ningún lado” le comente que efectivamente no habia podido entrar en Ubertwitter pero que había que verificar que tipo de falla se estaba presentando. Minutos más tarde, y mientras aún tipeaba la contraseña en mi PC y Windows iba hasta Seattle a pedir autorización de arranque –esa debe ser la razón de que tarde tanto—la misma @tutudominguez me confirmó lo más temido: amigos de Australia y Whateverland –no recuerdo de donde, pero era lejos con ganas—le confirmaban que no había twitter. Tragedia Mundial.
Esa mañana mi ciclo de preparación para el trabajo fue más corto. No puedo negar que twitter rebajó a FaceBook en mi, a una aplicación para cuando tengo más tiempo libre, así que ese día al abrir facebook antes que twitter –ritual religioso que ejecuto unas tres o cuatro veces al día—sentí que me faltaba algo.
No sabía en ese momento qué se estaba desayunando @huguito. Ni idea de los pobres mortales que quedarían sin trabajo por no leer a @justinomora o @josemanuelr. O que cosa útil podrían decir @modulor, @nuneznoda o @jamaldo, con sus buenas intervenciones. Y si eso es así imaginense desconocer la última actuación en twitter del gordo @fmonroy o su escudero @antonioduarte55 (algún dia me explicas hermano, quienes son los otros 54 mortales que se llaman como tu). Aunque pensándolo bien a ambos mejor les queda el papel de @ElQuijote y @SanchoPanza, donde el escudero debería ser el gordo Fran. 🙂
Ni siquiera pude ver si @vaness169 escribió algo nuevo en su blog, si @francispedrotti salió al trabajo o si @pequiscarter abordó de nuevo un autobús para pasar en él, la mitad del fin de semana. Tampoco podía saber si @skyrider4 estaba haciendo ñoquis o presentando una entrevista en @ElNacional. Pero a @lofrito si lo ví, apenas minutos después.
En fin se trato de un día muy extraño, un día en que muchos nos vimos obligados a trabajar por culpa de un ataque DDoS (De Desgraciados o Sinvergüenzas).
Fdo.
@aleon1969
Que buena historia, jeje, la verdad no sabía que andabas por Twitter Alcides, ya mismo te estoy siguiendo.
Lo mejor, el final: «(…)un día muy extraño, un día en que muchos nos vimos obligados a trabajar por culpa de un ataque DDoS(…)».
Un abrazo,
Guillermo, (@modulor)
Aquí @fmonroy, No sabía que podías escribir tan relajado, te quedó redondito.
¡Y yo que pensaba que tu eras serio!
Pero es que lo planteado allí es serio Fran, ¿tu no crees que mas de uno se dedicó a hacer su trabajo ese día al no tener excusas de andar contestando tweets? jajajaja
Excelente Alcides…. La pura verdad…. jajaja… de acuerdo con @modulor de que la última frase fue lo mejor…
@tutudominguez