En más de un lugar hemos leído sobre los inconveneientes del mal uso del bluetooth, especialmente al aceptar recibir archivos cuyo origen desconocemos. Sin embargo siempre he restado importancia a este aspecto, quizás al pensar un poco altaneramente, que el sentido común debería bastar para evitar el peligro.
Pero últimamente, al ver a los muchachos de la edad de mi hija mayor –rondando los 13 años—compartir canciones y archivos, he consentido en considerar más las alertas sobre el uso inadecuado del bluetooth. Ya que esta red de corta distancia es fundamental para los jóvenes que la usan para comunicarse entre si, sin tener que pagar costos de planes de datos, y más de una vez les permite consultar dudas en vivo en plena presentación de un examen.
Pero un nuevo “modus operandi” del hampa se está aprovechando de esto. Mientras están en un transporte público, los malhechores activan su propio teléfono para rastrear dispositivos bluetooth y cuando consiguen alguno que tiene un nick que les interese –como El iPhone de María, o Carlos’ Blackberry—inician un envío de un archivo o foto para notar quien es el usuario en cuestión, y después proceder a rodearlo y robarle el dispositivo por intimidación.
Es así como una red, inicialmente creada para com partir archivos y conectarse a periféricos a corta distancia, se ha convertido en algunos casos en herramientas que revelan vulnerabilidades de sus usuarios.
Asi que le recomiendo que mantenga apagada la red bluetooth de su celular o si va a tenerla encendida, al manos cambie el nick con el que identifica su teléfono por algo genérico. Con esto quízas pueda salvar no sólo sus datos, sino todo el celular y así podrá seguir usando su teléfono para estar hablandodeti.