Leo con cierta angustia que Jobs deberá ausentarse nuevamente de Apple por motivos de salud. Y por supuesto se disparan los comentarios y miedos alrededor de su figura. Alguna vez escribí sobre Jobs en PC World y –con mucho respeto y sin comparaciones religiosas—me atreví a catalogarlo como el hombre contemporáneo con más resurrecciones, ya que para el momento era la tercera vez que lo daban por muerto.

Es natural que una figura tan impactante como Jobs –y tan estrechamente ligada a una marca—haga tambalear la cotización de Apple en la bolsa con tan sólo estornudar. Pero más allá de este impacto en la cotización de Apple y en el mercado de la electrónica en general, vale la pena concentrarse en su persona en tres facetas: hombre, genio y jefe.

Cómo hombre, la dimensión humana de Steve es muchas veces cuestionada, tachándole de soberbio, malcriado, workaholic. Pero las referencias directas que tengo de empleados de Apple, cambian un poco esa imagen. Jobs conoce a sus empleados, se acuerda de sus nombres, de su familia y les pregunta cosas banales sobre su vida diaria. Pero por supuesto que eso no llega a las primeras planas de los diarios, ya que eso no vende. Un viejo sastre italiano residenciado en Caracas conversaba conmigo en el velorio de un amigo mutuo y me confió que él –el sastre– había luchado con el ejercito de Mussolini en África, bajo el mando de Rommel. Al yo preguntarle sobre como era ese personaje tan siniestro, me dejo de una pieza al decirme: “era todo un caballero, saludaba a todos los soldados por sus nombres y se acordaba de sus familias. Sus hombres dábamos la vida por él, aunque pudiera estar equivocado” Lo mismo que Jobs.

Y es esa cualidad de trato humano con sus empleados, unido a su gran reputación como genio de la electrónica lo que ha mantenido a Jobs en el juego desde hace unas tres décadas al menos. Los empleados de Apple que trabajan directamente con él, son capaces de morir por él. Punto.

Como genio, Steve ha demostrado ser uno de los hombres de mercadeo más exitosos en la historia de la industria. Sus presentaciones son célebres por lo claras, entretenidas y dinámicas. Carmine Gallo escribió un libro al respecto “The presentation Secrets of Steve Jobs” que recomiendo leer a todo aquel que quiera mejorar sus habilidades en presentaciones. Ha sabido además rodearse de gente valiosa como fue el caso de Steve Wozniak en los comienzos de Apple, o Tim Cook y Jonathan Ive –el gran diseñador de Apple– en la actualidad, aunque tuvo algunos fallos cómo cuando contrató a Scully. Pero Jobs no es un genio de la electrónica, sino más bien se destaca en anticipar y crear necesidades en un público consumidor, ávido de simplificar y darle más emoción a su vida.

Esa es la dimensión de un hombre de los que han habido pocos en cualquier industria. Ese es su legado, que estoy seguro Apple sabrá llevar adelante aún sin el, en un futuro que no sé si es lejano o cercano. Steve, creo que la gente se equivoca al hablar y comentar sobre el papel de Apple cuando tú no estés, realmente lo que debería estar es hablandodeti, de tus logros, de tus habilidades y aprendiendo de ellos.