El mensaje es claro. Ya sea al entrar a buscar en Google, o al ir a leer un artículo de la wikipedia. Incluso en las calles de New York –frente alas oficinas de los senadores Charles Schumer y Kirsten Gillibrand, la comunidad tecnológica se ha hecho escuchar. Hasta el mismo Zuckerberg escribió en su página de Facebook –y hasta uso su abandonada cuenta de Twitter—para decirle al mundo que los proyectos de leyes SOPA y PIPA están mal concebidos, que tienen fallos que atentan contra la Internet, la libertad de expresión y los derechos humanos mismos.
Entre las más impresionantes protestas en línea, estaba la de wikipedia en inglés. Tan conscientes están ellos de la importancia de su sitio que hasta daban las instrucciones para sobrepasar el bloqueo si era necesario –simplemente apagando la ejecución de Javascripts en el navegador—pero dando una impresión muy fuerte de cómo estas leyes, definitivamente diseñadas con intereses muy particulares en la mira, atentan contra el desarrollo de la Internet.
Pero esto aún no termina. Pusieron en reposo a SOPA y probablemente hagan lo mismo con PIPA, lo que no significa que volverán a insistir. Algunas industrias cuyos modelos de negocios se desmorona a pasos agigantados –como la industria de la música—están impulsado esta ley, alegando perdidas millonarias, sin tener en cuenta las veces que se han aprovechado de su posición monopólica que tenían antes de la era digital –¿recuerdan como la industria subió los precios de los discos al cambar de los LP de vinilo a los CD alegando que era “carísimo” producirlos?
Soy un creyente ferviente de la propiedad intelectual, y aunque me simpatiza enormemente el modelo del software libre y las licencias al estilo “creative commons”, creo que ambos modelos pueden subsistir juntos sin problemas. De todas maneras, si algún modelo se debe imponer a los otros, no debería ser por que una ley lo imponga.
Todavía hay muchas protestas programadas, estoy seguro de que la presión será cada vez mayor, pero he de insistir que después de los hechos políticos ocurridos en el 2011 –incluyendo la primavera árabe y los disturbios en el Reino Unido—los gobiernos están muy interesados en establecer métodos de control a las redes sociales y a la Internet en general, para usar en caso de emergencia –algunos quieren usarlos todos los días—algo que va en contra del espíritu de la propia Internet.
Seguiremos aqui hablando de los movimientos y protestas que se oponen a la SOPA y estoy seguro, querido lector, que estaré entonces hablandodeti.
No, Mafalda tenía razón, ¡no queremos SOPA!