Este es un ejercicio nuevo –al menos en este blog—y quiero ayudarlos a poner en perspectiva algunas cifras e ideas.

Haga una línea en una hoja, dividiéndola en dos columnas y anote lo que sigue:

Piense en cuantas personas conoce con esta influenza especial y anote el número en la columna izquierda.

Luego en la derecha anote el número de empresas que conoce que tienen un “real” plan de contingencias.

En la izquierda de nuevo, anote el número de familiares y amigos que viajaron a México –o Estados Unidos—o viven allá. (Hágalo aún si es un habitante de México o EUA)

En la derecha anote el número de empleados móviles que conoce, ya sea que trabajen en su empresa, o en otras empresas, sean clientes, proveedores o simples conocidos.

A la izquierda anote las precauciones que toma para no contagiarse de la gripe, incluyendo uso de mascarillas y drogas para subir las defensas del cuerpo.

A la derecha coloque las precauciones que usted ha tomado para garantizar que puede realizar su trabajo de manera remota, sin hacer distinción si usted es un Gerente con responsabilidad o un asalariado sin mayor responsabilidad sobre la continuidad del negocio.

Con esta sencilla lista en mano, y recordándose lo que significa cada entrada, piense en que habría pasado –o que puede pasar—si la epidemia o pandemia se sale de control y alcanza su país, ciudad, área de trabajo o empresa –Dios no lo permita.

Pero no solo una pandemia puede disparar la necesidad de contar con un plan de trabajo remoto. Inundaciones, nevadas, tormentas de hielo y olas de calor son algunos de los desastres naturales que pueden forzarlo a hacer uso del plan. Pero incluso una cosa tan sencilla como un escape de gas, un tubo de aire acondicionado contaminado o hasta cosas tan naturales como una mofeta o un día feriado, pueden necesitar del famoso plan.

Es así como al hablar de continuidad de negocios se puede también estar hablandodeti.