Pocos anuncios hasn sido tan esperados como el lanzamiento de la PC-Tableta de Apple, el iPad. Los cientos de fotos de prototipos, las decenas de descripciones técnicas y los miles de buenos deseos, quedaron prácticamente satisfechos con la presentación de Jobs. Si el iPad cambia el mercado o no, habrá que verlo, auqnue conociendo a Apple, probablemente lo logre.

Pero el efecto más inesperado del lanzamiento del iPad, ocurrió en dos mercados distintos. El primer efecto vino por el lado de la industria de los procesadores. El flamante A4 es un procesador que luce muy eficiente, y que eleva el poder de las PC tipo tableta a un nivel que le será dificil de alcanzar a la competencia de Apple. Además Apple tiene el control sobre el desarrollo del chip, y eso permitirá optimizarlo de manera importante. Este efecto, aunque importante, era predecible.

Pero es el otro efecto el que más me llama la atención. Son los fabricantes de teléfonos inteligentes los que en este momento tiemblan. El A4 está optimizado para correr OS X, como el iPhone. El A4 consume poca energía y brinda una experiencia de usuario importante. Y con la capacidad que tiene, bien puede librar al iPhone de las limitaciones del tamaño de pantalla y o potencia de calculo, para realizar aplicaciones mucho más complejas.

A diferencia de otras tablet, la iPad está diseñada como una ampliación de un teléfono, y no como una PC con limitaciones. Apple no tiene –ni ha tenido—miedo de tomar estas decisiones radicales, y muchas veces le ha funcionando, y es muy probable que ahora vuelva a funcionar. Mientras, yo estaré esperando a ver si puedo comprarme una iPad y así poder estar hablandodeti desde ese nuevo dispositivo.