Érase una época donde el mejor negocio era la electrónica. Pero vino la burbuja de las puntocom, el año dos mil y varias crisis económicas y esa época pasó, dejando lugar a la segunda venida de las telecomunicaciones. Los imperios construidos con la ganancia de la electrónica no desaparecieron, pero se volvieron cada vez más parecidos entre sí. Llegó un momento en que las grandes marcas han empezado a dejar de serlo. Antes un TV Sony era lo mejor, sin duda. Ahora un Samsung o un LG pueden ser igual de buenos o mejores. Un teléfono Motorola o Nokia era lo mejor. Hoy día un ZTE, un Huaweii u otro quizás tengan más funciones.

Y es que el negocio se mudó de sitio. Los servicios, y no los dispositivos en donde se ejecutan empiezan a ser más valiosos. Google vale más que la gran mayoría de las empresas de electrónica. Amazon dejo muy atrás a Barnes and Noble. IBM se dio cuenta a tiempo y se deslastro de un negocio que sólo puede ser rentable para los chinos con su gran capacidad industrial y mano de obra barata: la fabricación de PCs.

El mundo cambio. Los bytes, y la manera de transmitirlos, se ha vuelto el verdadero negocio. Microsoft está atrapado en la disyuntiva de ir a los nuevos negocios y cuidar el negocio actual. Con el dinero en efectivo que tienen es inconcebible que tengan problemas a futuro, pero los tienen y ellos lo saben –quizás lo mejor para ellos sería comprar acciones de Google con ese excedente de efectivo.

El cambio ha sido tal, que hasta Internet –algo sin forma y cuerpo definido—ha sido nominada para el premio Nóbel de la paz, a pesar de que en sus páginas un terrorista pueda encontrar cientos de recetas para construir una bomba.

La revista Forbes, en su lista actual de millonarios bajó a Gates del primer lugar, para sentar allí a un magnate latinoamericano de las telecomunicaciones: Carlos Slim. Esto es simbólico. El inversionista Warren Buffet había logrado desplazar a Gates del primer lugar de la lista en el 2008 tras trece años de dominio absoluto, pero en esta edición volvió a quedar detrás de Gates, quien tiene el segundo puesto.

Slim llega allí tras el repunte asombroso del valor de las acciones de su compañía América Móvil, que aumentaron su valor en un 35% durante el año pasado. Con todo y el éxito comercial de Windows 7, Microsoft no aumentó su valor en una proporción tan importante.

La fortuna de Slim es estimada en US$ 53.500 MM mientras que la de Gates queda en US$ 53.000MM.

El negocio, si se dan cuenta, está en las telecomunicaciones y en los servicios digitales. Es por eso que te digo Carlos Slim –y perdona el abuso de confianza– que hoy estamos hablandodeti.