En un post pasado les comenté sobre el plan Vive digital de Colombia, y cómo este país busca reducir la pobreza a através del uso de las TICs –Tecnologías de la Información y Comunicación. El post anterior sobre Pesca 3G es otro gran ejemplo de como las comunidades más humildes pueden obtener enormes beneficios del uso de las TICs, elevando su nivel de vida drásticamente.
Sin embargo el país donde vivo, Venezuela, tiene la deshonra de que pese haber estado en los mejores niveles de TICs en la región hace unos años, se ha quedado muy atras en lo que a velocidad de conexión y calidad de servicio se refiere. El gobierno actual, que en su comienzo inició una prometedora estrategia de llevar el acceso a la Internet hasta los rincones más humildes a través de Infocentros, y que ha realizado una labor más que aceptable en implementar un gobierno electrónico, ha puesto poco énfasis en mejorar la velocidad promedio de conexión, y aunque los números de penetración de Internet no sean malos, la realidad es que salvo algunas empresas privadas con poco alcance, la conexión de banda ancha predominante –suplida por el operador estatal de telefonía, CANTV—apenas ofrece conexiones de 1Mbps y 2Mbps como rendimiento nominal, y rara vez funcionan a la velocidad máxima. Además dependiendo de la ubicación, existen problemas de desconexión continua del servicio que terminan mermando aún más a este servicio. Las restricciones para adquiri divisas son quizás uno de los argumentos más esbozados en el sector privado para justificar los bajos niveles de servicio en esta área.
Con el ánimo de hacer país, un grupo de periodistas y comunicadores del área de tecnología, hemos conversado durante mucho tiempo sobre la necesidad de contar con un motor tan poderoso para el crecimiento de la economía, especialmente de la llamada economía digital, como es la capacidad de conexión. En las tablas de Netindex.com*, que acumula los resultados de miles y millones de pruebas de velocidad de conexión, Venezuela se ubica en el puesto 165 de los 182 países registrados, con una velocidad promedio de 1.95Mbps, apenas por encima de Haití, Bolivia y Nicaragua en la región. En comparación Costa Rica esta en el puesto 151 con 2.47Mbps, Guatemala en el 143 con 2.92Mbps, Perú en el lugar 140 con 3.0Mbps, Honduras en el 129 con 3.25Mbps, Ecuador en el 115 con 3.94Mbps, Colombia en el 113 con 4.09Mbps o Argentina en el lugar 107 con 4.3Mbps. Ya en otro rango de velocidades, países como Brasil (73) con 7.12Mbps, México (66) 7.72Mbps, Chile (54) 9.94Mbps, Uruguay (57) con 10.37Mbps apuntan a un firme desarrollo de las TICs en sus territorios. ¡Incluso las pequeñas islas de Trinidad y Tobago (65) cuentan con unos impresionantes 7.99Mbps de velocidad!
Llama la atención que Jamaica, un país al que Venezuela le instaló una conexión vía cable submarino –que no se si está ya en funcionamiento, aunque si se que el proyecto del cable se terminó— cuenta con una velocidad de 5.57Mbps y está en el puesto 89 del mundo, bastante por encima de Venezuela.
Este post, espero sirva de sustento para arrancar un movimiento nacional donde la industria de TICs, los periodistas, los usuarios y los responsables del gobierno podamos discutir en blogs, revistas, prensa y programas de radio sobre la necesidad de aumentar el ancho de banda, fijar políticas de calidad de servicio y brindar apoyo a los emprendedores digitales. Ojalá los entes gubernamentales que apoyan el desarrollo y la adopción del software libre estén entre los primeros en entrar a la discusión.
No terminaré este post con una frase con la referencia a “hablandodeti” como suelo hacer, por que en este momento más bien se trata de que juntos en Venezuela hablemos de como conseguir una mejor velocidad y conexión a la Internet, para que nuevos proyectos se puedan desarrollar.
Espero en los siguientes días que la discusión crezca, adoptemos hastags apropiados, y se desarrolle en las redes sociales, en otros blogs, en la radio, la TV, y especialmente en las mesas de los que deben tomar las decisiones adecuadas. Espero que empecemos a ver los argumentos que sustentarían esta mejora que proponemos, en todos los espacios posibles.
*http://www.netindex.com/download/allcountries/
Este bien pudiera ser un tema de campaña para los candidatos presidenciales, pero lamentablemente falta educar a la población sobre el potencial de la banda ancha más allá del entretenimiento, pues la mayoría -principalmente en zonas populares e interior- percibe el acceso a Internet como una ventana más para el entretenimiento que para el desarrollo.
El caldero de nuestra realidad contiene muchos ingredientes: redes fijas con crecimiento bajo o moderado, capacidades estancadas, por debajo del promedio mundial de flujo de datos por Wi-Fi, redes móviles paliando demanda que la fija no atiende, saturación en éstas por dongles, smartphones y tablets, y por si fuera poco nuestro diezañero y cambiante esquema cambiario.
Dios nos agarre confesados.